lunes, 20 de septiembre de 2021

Escenas míticas del cine (CXCIII)

En 1982 Mario Camus dirige la adaptación de la joya de Camilo José Cela, La Colmena. Su historia transcurre en Madrid hacia 1942 entre un torrente o una colmena de gentes que a veces son felices y otras no. El propio autor de la novela escribe el el prólogo a la primera edición de la novela: "La Colmena no es otra cosa que un pálido reflejo, que una humilde sobra de la cotidiana, áspera, entrañable y dolorosa realidad (...) no aspira a ser más que un trozo de vida narrado sin reticencias, sin extrañas tragedias, sin caridad, como la vida discurre, exactamente como la vida discurre. Queramos o no queramos. La vida es lo que vive (en nosotros o fuera de nosotros); nosotros no somos más que su vehículo, su excipiente como dicen los boticarios (...).
Precisamente la escena final del film refleja muy bien estas palabras, mientras el narrador describe la mañana: "La mañana sube, poco a poco, trepando como un gusano por los corazones de los hombres y de las mujeres de la ciudad..."


Os dejo con la escena final.

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