Esta semana saltaba la noticia del anuncio del actor británico de 60 años Daniel Day-Lewis, a través de su representante, de que deja el cine por razones privadas. Hablamos, del que para muchos es uno de los mejores actores de la historia, no en vano es el único que ha alzado tres veces la estatuilla de Hollywood como actor protagonista, a saber, Mi pie izquierdo (1989), Pozos de ambición (2007) y Linconl (2012), más otras dos nominaciones por En el nombre del padre (1993) y Gangs of New York (2002).
Sabida es su curiosa personalidad, que ya le llevó en el año 1999 a retirarse durante un tiempo de la interpretación, para irse a Florencia a trabajar como zapatero en el taller de Stefano Bemer y a recorrerse en moto la Península Ibérica de arriba a abajo, en plan hippie.
Hablamos de un actor versátil como pocos, camaleónico y que ha sabido adaptarse perfectamente al paso del tiempo, cambiando sus registros, sus tipos de papeles, pero a la vez siempre siendo él mismo, algo que pocos consiguen. Me refiero, a que es conocida su implicación en los personajes y el estudio de los mismos, devoción e investigación absoluta en cada uno de sus papeles en la gran pantalla, cosa que incluso afectaba a su salud.
Daniel es hijo de un poeta Cecil Day-Lewis y una actriz Jill Balcon, por lo que de familia ya le venía cierta vocación, así solo con 14 años debutó en el film Domingo, maldito domingo. Fue admitido en la prestigiosa escuela de teatro Britol Old Vic.
Ya durante la década de los 80 su trabajó se alternaba entre cine y teatro como miembro de la Royal Shakespeare Company, donde interpretó a Romeo en Romeo y Julieta y a Flauta en El sueño de una noche de verano, antes de debutar en la gran pantalla, ya con un papel en la película Gandhi (1982). Con Mi hermosa lavandería (1985) donde interpretaba a un punk homsexual consiguió excelentes críticas y en Una habitación con vistas (1985) se consolidó como una figura de primera línea. A partir de ahí, su primer Óscar por Mi pie izquierdo en 1989, lanzó su carrera de forma meteórica. Luego llegarían dos nominaciones y dos estatuillas más, la de Linconl merecidísima bajo mi punto de vista.
Como anécdota decir que deja una película por estrenar, Phantom Thread, una historia ambientada en el mundo de la moda de los años 50 en Londres, dirigida por Paul Thomas Anderson y que se estima llegará a las pantallas en el mes de diciembre.
En homenaje a este actorazo os dejo con una escena de Linconl, donde discute con su mujer Mary Todd (interpretada por Sally Field).
A mí me gusta mucho en "La edad de la inocencia", una película fascinante. Pues, nada, que sea feliz.
ResponderEliminarAbrazos.
Gonzalo Aróstegui Lasarte: Pues creo que no la he visto, la apunto como pendiente. Je, je, je, seguro que es feliz, lo mismo vuelve a pegarse una tirada en moto por aquí.
EliminarAbrazos.