Cartel del film
Paolo Sorrentino dirige dos años después de aquella maravilla titulada la Gran Belleza, un interesante retrato sobre la juventud perdida y la vejez. No había escuchado ni una sóla buena crítica sobre el film, cosa que me animaba más aún a verla, porque una película donde están Michael Caine, Harvey Keitel, Paul Dano o Jane Fonda me costaba creer que no me gustara.
Y el resultado después del visionado, no puede ser más fantástico.
Si en La Gran Belleza era Roma el centro de la historia, aquí el director italiano nos traslada a un balneario de lujo en los Alpes suizos, lugar ideal para un descanso si se tiene pasta.
Allí, en un entorno idílico, se desarrollan multitud de charlas, reencuentros, vicisitudes, momentos de auténtica belleza, incluso suicidios.
Si en La Gran Belleza era Roma el centro de la historia, aquí el director italiano nos traslada a un balneario de lujo en los Alpes suizos, lugar ideal para un descanso si se tiene pasta.
Allí, en un entorno idílico, se desarrollan multitud de charlas, reencuentros, vicisitudes, momentos de auténtica belleza, incluso suicidios.
Paul Dano, Harvey Keitel & Michael Caine
Allí en el balneario acuden diferentes personalidades, casi todas ellas relacionadas con el mundo artístico (con alguna gorda excepción, como un Maradona obeso que no puede ni andar o un budista que medita día y noche), para recuperar el encanto perdido en sus vidas, desgastadas en muchos casos por el sentimiento de desencanto, decepción o hastío.
Fred Ballinger (Michael Caine) es un gran compositor de música clásica ya retirado, que lleva frecuentando el hotel más de 20 años, y en esta ocasión es acompañado por su hija Lena, y uno de sus amigos de toda la vida, Micke Boyle (Harvey Keitel), director de cine que se encuentra preparando la pre-producción de su último proyecto, lo que él llama su "testamento".
Es en ese ambiente y con esa paz, todo tipo de reflexiones acerca de cualquier tema hace que cobren una dimensión diferente y se planteen los asuntos con más sinceridad y organizarse los días venideros, lo que queda de vida por delante, que es evidentemente menos que cuando eras jóven y veías todo lo que te quedaba por delante. Se describe así a una especie de purgatorio donde redimir pecados (algunos ya difíciles de purgar) y encontrar nuevos impulsos vitales. Tanto Fred como Micke se encuentran en el final de sus vidas, uno ya jubilado y el otro con su último proyecto vital, y comparten achaques y viejas vivencias que les ha regalado la vida.
Jimmy Tree, interpretado por Paul Dano es el contrapunto, ya que es un actor jóven cansado de ser sólo reconocido por la gente por una película donde hacía de robot, y no por sus virtudes como interprete, que busca inspiración para su nuevo personaje a interpretar. Michael Caine está sublime, una leyenda viva que sigue dando lecciones, al igual que Harvey Keitel, excelso.
Aquí también hay poesía, una composición de planos maravillosa, irónica y crítica, terrenos donde se mueve con locura el director, y vuelve a sacar belleza de donde no parece que la haya. Y aunque en apariencia esta emotiva y tierna historia está protagonizada en su mayoría por hombres, vuelve a ensalzar la figura femenina en varios aspectos. Especialmente memorable la aparición de Jane Fonda, que interpreta a una actriz, Brenda Morel, principal reclamo de Micke para su film, y espectacular aparición de Madalina Diana Ghenea interpretando a Miss Universo que ha sido agraciada con una estancia en el balneario (y por algunas cosas más por la gracia de Dios). Rachel Weisz está espléndida también, como no podía ser menos.
La inteligente retórica, a parte de una fotografía cuidadísima, hacen que Paolo Sorrentino mantenga su sello, filmando de manera gloriosa exteriores en esos campos verdes suizos y los interiores, donde los personajes se desnudan interiormente. Pero además, deja claras sus señas de identidad, es voluptuoso, barroco, excesivo en algunos momentos, pero también psicodélico e incluso en algún que otro aspecto mezcla escenas algo inconexas, pero que forman parte de su personalidad. La música también tiene un apartado importante, empezando con una canción de la banda que toca en el balneario y acabando con la música que dirige Fred, aparte de la aparición de una cantante de pop incluso.
Una apabullante película cuyo lenguaje ensalza el cruce de miradas, el desnudo de todo tipo de cuerpos, las actitudes que huyen de lo mundano y elevan su discurso de vida. Además es de esos films que te dejan imágenes imborrables en tu retina para siempre.
Os dejo con el tráiler de esta diferente y especial película.
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