domingo, 19 de julio de 2015

Amy (2015)

Cartel del film


Este viernes se estrenó en España el documental que dirige con acierto Asif Kapadia, como ya hizo con el de Ayrton Senna en 2010, en este caso sobre la figura de la cantante Amy Winehouse. Dicho documental sigue la corta vida de la artista desde 2001, hasta su fallecimiento en 2011. Hay muchos testimonios, algo invisibles, de sus amigas, del que fue su marido, de su padre, de su madre, y de ella misma, pero las imágenes sobre ella son muchas y variadas, a través de un carrusel de material doméstico o archivo, fotografías, vídeos, reportajes de televisión, actuaciones, etc...




Pero Amy (La chica detrás del nombre) ahonda en su personalidad, y es ahí donde uno acaba entendiendo muchas más cosas de las que se nos había dicho o de las que habíamos leído. Marcada por la pronta ruptura matrimonial de sus padres, ella decide muy jóven irse a vivir con una de sus mejores amigas, la que por aquel entonces parecía una chica segura, íntegra y entregada en cuerpo y alma a su gran pasión, el jazz y el soul, irá transformándose poco a poco en una persona muy vulnerable, frégil, quebradiza, muy influenciable por la persona de la que se enamora, pero a la vez desvalida. Su salto a la fama, que no supo asimilar y para el que no estaba preparada la metieron en un bucle de drogas, alcohol y bulimia, que la destrozaron, además de un asedio mediático brutal y salvaje, mofas aparte.





Pero bajo mi punto de vista, sobra metraje, con media hora menos o incluso cuarenta minutos menos, el documental se haría más ameno, sobra demasiado material fotográfico que no aporta demasiado y cojea algo sin embargo en el tema musical, que estando citado como debe, hecho en falta más apuntes sobre sus colaboraciones o incluso sobre el material inédito que quedó de ella. Está muy bien reflejada la parte de su nacimiento musical, su primer contrato discográfico y su álbum Frank que la puso en el mercado. También como después de su primera relación con Blake, y cuya ruptura primeriza hizo que le brotaran todas las letras que compuso para Back to black, importante el apunte que se hace de que no sólo era una enorme cantante de un grandioso talento, sino que componía sus temas, y que tenía un don, que era su voz, además del cambio de estilo del jazz al soul de un disco a otro. Pero es también ahí, donde se empiezan a ver sus problemas con la alimentación, en la grabación de esa joya de 2006, ya tenía adicciones al alcohol y su bulimia era galopante. 





Hay fragmentos verdaderamente emotivos, como el de la entrega de los Grammy anunciado por su adorado Tony Bennett al que ella veneraba, su dueto con él, algo que la emocionó sobre manera, e incluso hizo que remontara el vuelo en un momento muy bajo.
Pero como no, los peores momentos también están reflejados, su adicción a la heroína junto con su marido, escenas e imágenes dantescas de sus juergas, conciertos lamentables donde ella aparecía borracha (el de Belgrado antes de morir), tristes momentos vividos con los paparazzi y demás muestras de que la fama pudo con ella y la destrozó. También muchos intentos de desintoxicarla, muchos de ellos sin éxito.




El final con su triste fallecimiento y el estremecedor dato de que tenía en sangre 45 veces el mínimo de alcohol para poder conducir, dejan a las claras que sus excesos y la mezcla de sus problemas alimenticios y demás acabaron por machacar a un corazón que dijo basta.
Sin duda, prefiero escuchar sus discos, y quedarme con lo bueno de ella, que era mucho, su voz sobre todo.

Os dejo con el tráiler del film en versión original.


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