domingo, 31 de agosto de 2025

Bandas sonoras míticas del cine (CCVI)


Damien Chazelle dirigió una auténtica joya en 2014 que deslumbraba y a la vez sobrecogía, y que partía de un excelente guión, una puesta en escena que sabe sacar el máximo partido de los recursos disponibles, de una historia aparentemente sencilla, y que basada en la descomunal actuación de sus dos intérpretes principales, Miles Teller y J.K. Simmons, alcanza la categoría de sublime.
El duelo interpretativo entre los dos actores principales llega a cotas gigantes, y os puedo asegurar que hacía tiempo que no veía un Tour de Force de este nivel y se tarda en volver a ver otro.
Un joven estudiante de batería, Andrew Neiman (Miles Teller) de una prestigiosa escuela de música, cree que tiene la oportunidad de su vida cuando pasa a formar parte de un grupo de élite, una banda a cuyo frente está un profesor, Terence Fletcher (J.K. Simmons) que lleva a extremos insospechados las exigencias a sus alumnos. En pocos minutos de cinta, entramos de lleno en las inquietudes del chico, que quiere destacar y triunfar a cualquier precio en su verdadera vocación que tiene desde pequeño, pero lo que no imaginaba es que su reto sería tan duro. Pronto, todo adquiere una elevada intensidad, ya que el tremendo esfuerzo del protagonista y su empeño exagerado para poder estar a la altura que exige el maestro, sobrepasa límites incalculables, y así en cada ensayo deja al espectador tan exhausto como al protagonista. 
Esa es la gran fuerza de este film, que te mete en la historia hasta el fondo y sufres con el protagonista al mismo nivel.
La banda sonora estaba compuesta por Justin Hurwitz, y estaba dividida en tres partes I want to be one of the greats, Part. 1, If you want the part, earn it, Part. 2 y He was a beautiful player, Part. 3.


Os dejo con la overtura, que pertenece a la primera parte.

sábado, 30 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXVIII)


En 1992 Francis Ford Coppola dirige Drácula, su versión de la novela homónima de Bram Stoker. Está considerada la adaptación oficial, la película más fiel a la novela que introduce a personajes nunca antes adaptados. Gary Oldman, protagoniza de manera genial al Conde Drácula en una de esas interpretaciones que han pasado a la historia.
A lo largo de la película el personaje muestra su faceta como guerrero despiadado, como un anciano conde y como un caballero romántico. Muchos dicen que la interpretación de Oldman es capaz de asustar y enamorar al mismo tiempo. Se dice que el actor estudió los diálogos de tal manera que, si olvidaba una frase, quería volver a repetir toda la escena para poder plasmar todo el diálogo. Leyó la novela y ensayaba con un tono pavoroso para el Drácula anciano, dándole un toque más terrorífico al personaje. Gary Oldman pasó horas y horas maquillándose, sus maquilladores estuvieron cinco horas para conseguir el físico del conde.
En el siglo XIX, Jonathan Harker (Keanu Reeves) debe viajar hasta Transilvania, para que el Conde Drácula firme unos papeles referentes a su nueva vivienda en Londres, después de que su colega antecesor Reinfield volviera totalmente trastornado. El problema, es que el Conde, no es quien dice ser, en realidad es un vampiro que perdió a su amor hace 400 años. Para colmo, la novia de Harker, Mina (Winona Ryder), es clavada a ella. Debido a ello, Drácula decide viajar a la capital británica para conquistarla.
En una escena mítica al principio del film, Jonathan va a Transilvania, y su carruaje le deja en medio de la nada con lobos acechando, es entonces cuando un extraño carruaje tirado por caballos negros le recoge y le lleva al castillo de Drácula. La entrada es impresionante y allí le espera... el vampiro que le da la bienvenida.


Os dejo con la mítica escena.

viernes, 29 de agosto de 2025

Mejores escenas cómicas del cine (CXVI)


Mi película favorita cómica, sin duda es El Jovencito Frankestein, dirigida por Mel Brooks en 1974. Una de las comedias más disparatadas, delirantes, ingeniosas y divertidas de la historia del cine. Se trata de una de esas conjunciones donde todo funciona, y no sólo eso, sino que lo hace con un encanto especial, algo tocado con una varita mágica e irrepetible. Además y por si fuera poco, tiene la capacidad curativa de hacer olvidar problemas de la vida cotidiana, y te sientes completamente absorbido por la pantalla, en su hora y tres cuartos de duración.
Rodada en blanco y negro aposta, en ella, el joven doctor Frederick Frankestein (Gene Wilder), un neurocirujano norteamericano, ha huido siempre del estigma legado por su abuelo, quien creó años más tarde un monstruo. Ahí, es donde el guión perpetrado por Brooks y Wilder hace un desprejuiciado homenaje, que a la vez es parodia, y cómo no, revisión del mito cinematográfico, cuya creación era de Mary Shelley.
En una escena cómica bestial el monstruo al que da vida (nunca mejor dicho) Peter Boyle, llega a una casa donde vive una familia con su hija, los padres están protegiendo la casa por si el monstruo apareciese por allí, en ese momento se dan cuenta de que no han mirado donde estaba la niña (a la que da vida Anne Beesley), que curiosamente ha tenido un encuentro con Frankestein, que apareció por el jardín, la niña le ofrece una flor y luego le ordena jugar con ella y le dice que se siente en un columpio, al pesar mucho, la niña sale despedida hacia la cama de su habitación, justo cuando los padres revisaban si estaba ahí.


Os dejo con la graciosa escena.

jueves, 28 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXVII)


En el año 1970 Franklin J. Schaffner dirige Patton, a medio camino entre el biopic y el film bélico al uso, consiguió siete Oscars de la academia de Hollywood, uno de ellos para el mejor actor protagonista a George C. Scott por su papel del general norteamericano, que se negó a recoger. En el guión participó un joven Francis Ford Coppola junto a Edmund H. North.
George S. Patton es una figura mítica del ejército norteamericano, a pesar de ser muy controvertido, ya que venció al Mariscal Rommel en África y gracias a ello cambió el curso de la II Guerra Mundial y condujo a sus tropas de manera triunfal a partir de entonces, por toda Europa. George C. Scott hizo un ejercicio interpretativo soberbio, quizás el más potente de su carrera.
En una escena mítica Patton se pone el casco y admite delante del espejo que estaba esperando toda su vida para dirigir una batalla desesperada, y había llegado. Las huestes del Mariscal Rommel impresionan y rugen mientras Patton y sus chicos los divisan a lo lejos.


Os dejo con la mítica escena.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Bandas sonoras míticas del cine (CCV)

Como decía ayer, eel año 2000 Guy Ritchie dirigió Snatch, cerdos y diamantes, tercer film de su carrera y donde definirá lo que serán señas de identidad de su estilo a partir de ese momento, es decir, ese estilo estético con ángulos de cámara inverosímiles, planos aberrantes, un montaje lineal cronológico y paralelo de acciones simultáneas, algo así como mezclar a Quentin Tarantino y a Christopher Nolan. 
Con un reparto coral y espectacular con Dennis Farina, Brad Pitt, Benicio del Toro o incluso Jason Statham, la historia se sitúa en los bajos fondos criminales de Londres. Hay dos historias que se entrelazan, por un lado la de la búsqueda de un diamante robado y que posee Franky "Cuatro Dedos" (Benicio del Toro) que lo ha robado para su jefe Primo Avi (Dennis Farina), pero antes de dárselo se deja convencer por un ruso llamado Boris (Rade Sherbedgia) para apostar en un combate ilegal de boxeo, aunque en realidad es la trampa para arrebatarle el diamante, y es ahí donde entra la otra parte, la del promotor de boxeo de poca monta llamado Turco (Jason Statham) que se encuentra atrapado bajo el yugo de un gánster despiadado conocido como Ladrillo (Alan Ford). Cuando Primo Avi se entera de que le pueden birlar el diamante, contrata a Tony "Dientes de Bala" para encontrar a Franky y al diamante, pero se las tiene que ver tanto con el ruso Boris "El Navaja" como con unos pobres diablos llamados Vinny (Robbie Gee), Sol (Lennie James) y Tyrone (Ade), contratados por Boris.
La banda sonora del film es una selección estupenda de temas, mezclado con diálogos de la película (al estilo Tarantino) de gente como The Stranglers, The Specials, 10 CC, Oasis, Massive Attack, Oasis, Madonna (recordemos que se casaron Ritchie y Madonna precisamente ese año), etc...


Os dejo con dos temas, primero con el Golden brown de The Stranglers.





Y luego con el Ghost town de The Specials.

martes, 26 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXVI)


En el año 2000 Guy Ritchie dirigió Snatch, cerdos y diamantes, tercer film de su carrera y donde definirá lo que serán señas de identidad de su estilo a partir de ese momento, es decir, ese estilo estético con ángulos de cámara inverosímiles, planos aberrantes, un montaje lineal cronológico y paralelo de acciones simultáneas, algo así como mezclar a Quentin Tarantino y a Christopher Nolan. 
Con un reparto coral y espectacular con Dennis Farina, Brad Pitt, Benicio del Toro o incluso Jason Statham, la historia se sitúa en los bajos fondos criminales de Londres. Hay dos historias que se entrelazan, por un lado la de la búsqueda de un diamante robado y que posee Franky "Cuatro Dedos" (Benicio del Toro) que lo ha robado para su jefe Primo Avi (Dennis Farina), pero antes de dárselo se deja convencer por un ruso llamado Boris (Rade Sherbedgia) para apostar en un combate ilegal de boxeo, aunque en realidad es la trampa para arrebatarle el diamante, y es ahí donde entra la otra parte, la del promotor de boxeo de poca monta llamado Turco (Jason Statham) que se encuentra atrapado bajo el yugo de un gánster despiadado conocido como Ladrillo (Alan Ford). Cuando Primo Avi se entera de que le pueden birlar el diamante, contrata a Tony "Dientes de Bala" para encontrar a Franky y al diamante, pero se las tiene que ver tanto con el ruso Boris "El Navaja" como con unos pobres diablos llamados Vinny (Robbie Gee), Sol (Lennie James) y Tyrone (Ade), contratados por Boris.
En una escena mítica Mickey O'Neil (Brad Pitt) le pide al Turco que le consiga una caravana más grande para él y su madre, después de que le hayan incendiado la suya. Mickey habla muy rápido y pide que sea de un color exacto (amarillo melocotón), con las ventanas de una manera determinada, etc., cuando el Turco decide comentarlo con Tommy (Stephen Graham) su colega, le pregunta si ha entendido algo de lo que Mickey ha puesto como condiciones. Entonces Mickey dice que apuesten en su próximo combate, si él gana ellos pagan la caravana y si pierde pelea gratis, a lo que el Turco contesta "creo que la liebre está jodida"... mientras tanto en una escena paralela Ladrillo atrapa a Tyrone para que cante...


Os dejo con la mítica escena.

lunes, 25 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXV)


En 1998 Steven Spielberg dirige Salvar al Soldado Ryan, para un servidor una de las mejores películas de este director, y que pasa el tiempo de una manera excelente. No voy a negar que se trata de una superproducción bélica, sobre hechos fundamentales de la II Guerra Mundial que cambiaron el curso de la misma, pero que en manos de un tipo como Spielberg se convierte en oro puro. Dejo claro una cuestión, sin llegar a ser una grandiosa obra maestra, es un film donde el director arriesga y sale victorioso, y además elige por primera vez a Tom Hanks para un papel clave en toda la cinta, el del Capitán John Miller.
La primera media hora de película se centra en el desembarco aliado en la playa de Omaha, Normandía, en el que los alemanes les están esperando y el número de bajas es alto, a pesar de ello y centrado en un grupo concreto que sale de una de las barcazas, consiguen doblegar al ejército alemán. Pero su verdadera misión cambiará a partir de una orden del alto mando, salvar y llevar a casa a un soldado que ha perdido a tres hermanos en combate. De ese soldado apellidado Ryan (Matt Damon) poco se sabe, solo que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de las líneas enemigas en Francia. Desde entonces, los hombres de la patrulla del Capitán John Miller arriesgan sus vidas para encontrar a ese soldado, y no son pocas los inconvenientes que se van encontrando.
En otra escena mítica El Capitán John Miller recibe al cabo que hará de intérprete Timothy E. Upham (al que da vida Jeremy Davies), y que debe saber francés y alemán, ya que sus traductores han muerto. El cabo le recalca al capitán que no ha cogido un arma desde la instrucción, y que si se puede llevar la máquina de escribir, a lo que Miller le dice que no.


Os dejo con la mítica escena.

sábado, 23 de agosto de 2025

Bandas sonoras míticas del cine (CCIV)


Mervyn LeRoy dirige en 1951 Quo Vadis basada en la novela de Henryk Sienkiewicz con guión adaptado de S. N. Behrman, Sonya Levien y John Lee Mahin. Aquí se nos cuenta como el general romano Marco Vinicio (al que da vida Robert Taylor) regresa victorioso del frente de batalla y se ve obligado a acampar a las afueras por orden de Nerón (Peter Ustinov) mientras se enamora de la esclava cristiana Ligia (Deborah Kerr), que es criada como hija adoptiva de un general retirado. En su condición de sierva de Roma, Ligia es entregada por Nerón a Vinicio como premio por sus conquistas, además la relación entre el general y la joven cristiana, hace que el romano se interese por sus creencias.
Pero los desmanes y la locura de Nerón en el poder son cada vez mayores apoyado en Tigelino (Ralph Truman). En su delirio, el obeso emperador decide incendiar Roma y culpa de ello a los cristianos, cuya fama va en aumento y los romanos se sienten cada vez más amenazados por ellos. Petronio (Leo Genn), tío de Marco Vinicio y consejero del emperador había advertido en una escena memorable a Nerón de que su idea de convertir Roma en Nerópolis (locura máxima de Nerón) sepulta años y años de historia. La actuación de Peter Ustinov es memorable dando vida a un Nerón completamente loco. 
Por si fuera poco la banda sonora del húngaro Miklós Rózsa es de un alarde fantástico y una obra maestra, otra más de su carrera. La dirección de Rózsa es delicada, preciosista y viene cargada de armonías y matices de la cuerda que son inimitables y patente suya, ya que Rózsa no fue sólo compositor de cine sino un excelente compositor de cámara y un músico excepcional y ello hace que cada nota lleve un sello inconfundible suyo.


Una de las piezas soberbias de la banda sonora es Hail Nero, Triumphal March.

miércoles, 20 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXIV)


En 1998 Steven Spielberg dirige Salvar al Soldado Ryan, para un servidor una de las mejores películas de este director, y que pasa el tiempo de una manera excelente. No voy a negar que se trata de una superproducción bélica, sobre hechos fundamentales de la II Guerra Mundial que cambiaron el curso de la misma, pero que en manos de un tipo como Spielberg se convierte en oro puro. Dejo claro una cuestión, sin llegar a ser una grandiosa obra maestra, es un film donde el director arriesga y sale victorioso, y además elige por primera vez a Tom Hanks para un papel clave en toda la cinta, el del Capitán John Miller.
La primera media hora de película se centra en el desembarco aliado en la playa de Omaha, Normandía, en el que los alemanes les están esperando y el número de bajas es alto, a pesar de ello y centrado en un grupo concreto que sale de una de las barcazas, consiguen doblegar al ejército alemán. Pero su verdadera misión cambiará a partir de una orden del alto mando, salvar y llevar a casa a un soldado que ha perdido a tres hermanos en combate. De ese soldado apellidado Ryan (Matt Damon) poco se sabe, solo que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de las líneas enemigas en Francia. Desde entonces, los hombres de la patrulla del Capitán John Miller arriesgan sus vidas para encontrar a ese soldado, y no son pocas los inconvenientes que se van encontrando.
En una escena mítica inicial el General George C. Marshall (Harve Presnell) es informado de la pérdida de los tres hermanos Ryan y que urge buscar al cuarto. En ese momento el general decide recordar una carta que escribió muchos años atrás Abraham Linconl a la madre que perdió a cinco hijos en combate. Finalmente, después de leer la carta tiene la seguridad de que Ryan está vivo y de que hay que mandar a alguien para traerle de vuelta inmediatamente.


Os dejo con la mítica escena.

sábado, 16 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXIII)


En el año 2000, Ridley Scott recuperaría mucho del crédito perdido con un film realmente espectacular a cara del público, y muy eficiente, contando con actores de relumbrón. Desaprovechado Russell Crowe, que se pasa media película con la cara cubierta, aunque la fuerza de su personaje es innegable, de hecho le dieron el Oscar (en detrimento de nuestro paisano Javier Bardem), brutal Joaquin Phoenix como Cómodo, el hijo de Marco Aurelio (Richard Harris), que da un tremendo Golpe de Estado para hacerse con el poder que el César había delegado en Máximo Décimo Meridio, general de sus ejércitos del Norte, e incluso Lucilla (Connie Nielsen) brilla en su papel de la hija del César acongojada por la maldad de su hermanito.
Por si fuera poco la banda sonora que describe todo esto es simple y llanamente maravillosa, compuesta por Hans Zimmer, y que tiene como cantante en muchas piezas a Lisa Gerrard.
En un escena mítica al inicio del film, Máximo regresa despojado de sus galones después de la muerte de Marco Aurelio a manos de su hijo Cómodo. Cuando va de regreso a casa, se apresura porque se teme lo peor, efectivamente cuando llega su mujer y su hijo han sido asesinados por soldados del César con esa orden, descorazonadora escena en la que Máximo se queda rendido después de darles sepultura. Esclavos lo recogen, le curan una enorme herida en el brazo y le llevan a su nueva vida de gladiador.


Os dejo con la mítica escena.