El actor argentino Federico Luppi, que también tenía la nacionalidad española por carta de naturaleza, falleció ayer al complicarse un hematoma que tenía en la cabeza después de una caída que había sufrido en el mes de abril, a los 81 años de edad.
Luppi era de familia modesta, unos emigrantes italianos que vivían en el Campo de Ramallo, a unos doscientos kilómetros de Buenos Aires. Siempre soñó con la actuación, y pasó por todo tipo de trabajos hasta conseguir ser actor a partir de 1965, con su primera película Pajarito Gómez. Más de cien películas, multitud de obras de teatro y una presencia escénica muy importante.
En su extensa filmografía títulos como Tiempo de revancha (1981) con Adolfo Aristarain, un director muy importante en su carrera, Plata dulce (1982), Malayunta (1986), The Stranger (1987), Un lugar en el mundo (1992) de Aristarain también, Cronos (1993) con Guillermo del Toro, Éxtasis (1995), Caballos salvajes (1995), Martín (Hache) (1997) con Aristarain de nuevo, maravillosa, El espinazo del diablo (2001) y El Laberitno del Fauno (2006) con Guillermo del Toro de nuevo, Lugares comunes (2002) o Al final del túnel (2016) una de las últimas películas que hizo y en la que un servidor le vio. Su último film de este año es Nieve Negra, dirigido por Martín Hodara.
Sus últimos años de vida personal no parecen haber sido muy apreciados, pero no suelo mezclar la vida profesional con la personal, aunque es muy fácil hacer eso.
En homenaje pongo este magnífica escena de Martín (Hache) en la que los cuatro protagonistas, Martín Echenique (Federico Luppi), Hache (Juan Diego Botto), Dante (Eusebio Poncela) y Alicia (Cecilia Roth) discuten de si el trabajo es necesario, innecesario, bueno, o solo dignifica...
Una de esos actores que hipnotizan la pantalla con su presencia.
ResponderEliminarUn saludo
Victor: Gran actor sin duda, se le echará de menos.
EliminarSaludos.