domingo, 26 de julio de 2020

In time (2011)


En el año 2011 Andrew Niccol guioniza y dirige In time, donde dibuja un escenario futuro a finales del siglo XXI en el que la humanidad ha logrado alcanzar la juventud eterna, nadie envejece más allá de los 25 años, es por esto que nadie debería morir a no ser por un accidente o un crimen. Los seres humanos siempre ambicionan amor, salud, pero sobre todo dinero desgraciadamente, es decir, elementos que a lo largo de una vida se pueden ganar o perder en condiciones normales, sin embargo hay un elemento del que poco nos acordamos, y que es el más importante, el tiempo. En esta película, y esa es su gran apuesta de guión que está muy bien llevada hasta más o menos más de la mitad de la cinta, es que el dinero ya no existe, y todo se paga con tiempo de vida. A partir de los 25 años, quien tiene tiempo tiene riquezas y poder, quien no lo tiene (la gran mayoría), trabaja para sobrevivir o muere cuando su cronómetro se queda sin tiempo. El argumento es muy impactante, a la vez que sus mensajes subliminales e incluso ocultos también lo son.


La historia nos cuenta las andanzas de Will Salas (Justin Timberlake), un joven obrero que conoce a un hombre llamado Henry Hamilton (Matt Bomer) que tiene siglos de vida de tiempo, después de salvarle de unos ladrones, el propio Henry decide dejarle todo su tiempo a Will y suicidarse en un puente. Esto hará que Salas sea perseguido por unos policías corruptos llamados "los guardianes del tiempo". Pero cuando consigue librarse de ellos, toma como rehén a una joven llamada Sylvia Weis (Amanda Seyfried), hija de un multimillonario al que Salas ganó en el casino. Pero como siempre ha pasado, el reparto de la riqueza es muy desigual, unos pocos tienen mucho y la mayoría de los mortales muy poco. Los privilegiados, al tener tanto tiempo son casi inmortales, y los demás sufren para vivir un día y otro, es la manera de mantener el sistema (como en la vida actual). Aquí el héroe es Will, íntegro, infalible, que tiene cosas de James Bond en el juego, sabe buscarse la vida y robar y es listo por lo que decide reventar el sistema.


Pero es ahí justo, cuando la pareja (que por supuesto se ha enamorado) deciden empezar a robar bancos al estilo Bonnie & Clyde, y es entonces cuando el cuento ya nos lo sabemos, y el guión deja de tener la originalidad que ha tenido hasta ese momento. De hecho la parte inicial del film, establece una clara comparación con la crisis económica muy bien traída, pero luego cae por un lado por las torpezas del director, otro por las exageradas escenas de acción (cuando algunas del principio estaban muy bien) y deja de currarse a los personajes que bajan tanto que se quedan en simples, en fin, una serie de disparates finales que hacen que anulen la buena primera mitad.


Os dejo con el tráiler del film.

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