martes, 30 de junio de 2015

Rio Lobo (1970)

Cartel del film


Howard Hawks dirige su última película en 1970, Río Lobo, continuación de las otras dos con las que forma una especie de trilogía, Río Bravo y El Dorado. Las constantes morales de Hawks sobre la amistad masculina (aquí con idea de concordia posguerra norte/sur, ilustrada en una simpática relación entre un coronel yanki y un capitán confederado), su capacidad de crear sentido del humor en los diálogos dentro de la tensión que implica el contexto y desarrollar la acción de forma dinámica, le dan al film un tono agradable.
Leight Brackett vuelve a ser su guionista de confianza, como en otras muchas.




A finales de la Guerra Civil Americana (1861-1865), un grupo de suristas mandados por el Capitán Pierre Cordona (Jorge Rivero) se dedican a robar los cargamentos de oro que transportaba el ejército yanki. En uno de estos asaltos el coronel Cord McNally (John Wayne) pierde a uno de sus mejores amigos. Una vez finalizada la guerra y como venganza personal, Cord McNally se dedicará a buscar a los miembros de la banda de asaltantes. Una pista le lleva hasta el pueblo de Río Lobo, un lugar donde sus enemigos se han convertido en los amos e imponen la ley del más fuerte.




Casi todos los westerns de Hawks se caracterizan porque tienen el mismo esquema, es decir, un hombre valiente (siempre interpretado por Wayne), trata de imponer la ley, pero sólo consigue la ayuda de un reducido grupo de hombres buenos, pero con algún defecto que les imposibilita para la tarea, como ser demasiado viejos, borrachos o incluso demasiado jóvenes. En esta ocasión, el pistolero inexperto es el que interpreta Jorge Rivero.
No dejo pasar la extraordinaria belleza morena de Jennifer O'Neill.



Aquí, la muralla numantina de la cárcel, símbolo de la vigencia de la ley donde se atrincheran el héroe por antonomasia, ya otoñal, borrachuzo y conformista (John Wayne), el jóven impetuoso y aprendiz (Jorge Rivero) y el anciano bufón (un cuatrero irredento como Jack Elam), es tan sólo un escenario anecdótico en el metraje del film, un guiño cariñoso a sus películas hermanas.
Esta última obra rodada por Hawks, por momentos tiene el vigor de alguna de sus primeras realizaciones. Su clasicismo y solidez son abrumadores.




Os dejo con esta mítica película.


lunes, 29 de junio de 2015

The Last Outlaw (1993)

  Cartel del film


En 1993 Geoff Murphy, a través de un guión escrito por Eric Red, dirige El Último Forajido, un film del oeste protagonizado por Mickey Rourke (antes de su caída a los infiernos) y Dermot Mulroney en los papeles principales, además de Ted Levine, Daniel Quinn o Steve Buscemi en los principales papeles secundarios. Con el paso del tiempo, un film que en su día levantó muy poca expectación y que se ha convertido en película de culto del género western. 
En el inicio del film se nos presenta a una banda de confederados dirigidos por Graff (Mickey Rourke), un pistolero sanguinario, criminales que saquean y roban después del final de la guerra que han perdido.




Después de un accidentado robo realizado por la banda, surgen tensiones, discrepancias y divergencias entre Graff y Eutis (Dermot Mulroney), un jóven miembro del grupo y todo parte cuando Graff quiere abandonar a uno de los componentes del grupo que se encuentra gravemente herido, pero Eutis se opone a dejarlo, y en la lucha entre ambos Graff cae herido y lo dan por muerto. Eutis se hace con el liderazgo de la banda y se dirigen hacia México.
Graff, que ha sobrevivido, es encontrado por el oficial y sus hombres encargados de arrestarlos, a los que se une para vengarse de sus ex-compañeros.




El director del film se empapó de mucho spaguetti western, como lo demuestran las muertes, la violencia (terrible escena la de Graff machacando con el rifle a uno de sus antíguos compañeros), los pistoleros sucios y polvorientos, y el argumento de la película muy válido para cualquier cinta de Sergio Leone rodada en los 60. También destacable el homenaje que vemos al principio a Grupo salvaje de 1969 de Sam Peckinpah.
Mickey Rourke está espléndido, aunque Dermot Mulroney no pase de correcto, le falta algo de carisma.

Disfrutad de este muy buen film.


miércoles, 24 de junio de 2015

State of Grace (1990)

Cartel del film


En 1990 Phil Joanou dirige a un reparto joven pero de lujo en El Clan de los Irlandeses, y llama poderosamente la atención el poco reconocimiento de este film, o quizás mejor decir desconocimiento por parte del público en general, aunque la crítica cinematográfica siempre la ha tratado muy bien a los largo de los años. Esta película sirvió de trampolín, para su exitoso futuro en Hollywood, a gente como Gary Oldman, Sean Penn, John Turturro, etc., pero sin embargo su director apenas ha realizado media docena de películas en los últimos 20 años, la mayoría de ellas para televisión, quizás la muerte de su guionista Dennis McInttyre, justo después del rodaje, algo que pudo afectarle. 


Hablamos de un film que no aporta nada nuevo sobre el cine de gangsters, eso si, la historia está bien construida sobre lugares comunes y plagada de tópicos sobre todo de los irlandeses, ya se sabe, bebedores, juerguistas y violentos, pero eso no ensombrece a una película muy bien realizada y donde el trabajo de los actores es soberbio, ahí está el gran valor para mi, sobre unos personajes bien construidos y coherentes.
Tras diez años de ausencia, Terry Noonan (Sean Penn) regresa al conflictivo barrio de Hell's Kitchen en New York, e ingresa en un grupo mafioso irlandés. El jefe de esa banda es Frankie Flannery (Ed Harris) para el que trabajan algunos amigos de la infancia de Terry y de Jackie (Gary Oldman), el exaltado hermano de Frankie. Al entrar en la banda, Noonan se enamora de Kathleen (Robin Wright), la hermana de los Flannery.


El clásico del policía que vuelve al barrio donde se crió como infiltrado, para hacer caer a sus antíguos compañeros, sirve de base para construir las más de dos horas de drama criminal donde no sobra ninguna escena.
Noonan es un personaje clave, un tipo atrapado por sus diferentes lealtades, una a su jefe de policía Nick (John Turturro), hacia sus antiguos amigos a los que tiene que enchironar, Jackie y Frankie, y en tercer lugar la hermana de éstos, con la que antaño tuvo un romance que se vuelve a reavivar. Noonan es uno de esos personajes torturados, que a Sean Penn se le dan de vicio, y que pronto se verá atrapado en una caída libre de alcohol y violencia de la que difícilmente podrá salir. La actuación de Gary Oldman es de esas para recordar.




Por si fuera poco la música corre a cargo de Ennio Morricone, sobran las palabras.

Os dejo la escena mítica del tiroteo final.


martes, 23 de junio de 2015

Se nos va James Horner.


El compositor James Horner, ganador de dos premios Óscar por la banda sonora de Titanic (1997), falleció este lunes por la mañana a las 9:30h (hora local) en un accidente de avioneta en Santa Bárbara, California, según medios estadounidenses. Tenía 61 años. Horner ha sido autor de bandas sonoras memorables de los últimos 30 años, y en el momento del deceso pilotaba en solitario una pequeña avioneta cuando se desplomó sobre un pueblo llamado Ventucopa.




Horner participó en su carrera en la música de más de un centenar de películas, algunas de ellas muy populares desde Límite 48 Horas (1982) hasta Spider Man (2012). Por el camino logró el estatus de compositor de élite en Hollywood con títulos como Coccon, Comando, Alien, El Nombre de la Rosa, Willow, Campos de Sueños, Rebeldes del swing, Los Fisgones, Juego de Patriotas o Braveheart, entre otras.
Su momento de gloria llegó con Titanic, en 1997, donde ganó el Óscar a mejor banda sonora original y a la mejor canción por My heart will go on, interpretada vocalmente por Celine Dion. Hablamos de la banda sonora más vendida de toda la historia, ahí es nada. Aquí colaboró con James Cameron con el que también hizo Avatar.

Os dejo con el mítico tema de Titanic, con la voz de Celine Dion.

jueves, 18 de junio de 2015

Zulú (1964)

Cartel del film


En 1964 Cy Endfield dirige Zulú, con una eficacia cuestionable, que narra uno de los episodios verídicos que ocurrieron en Sudáfrica, en 1879, durante una de las numerosas guerras coloniales que sostuvo por aquella época el ejército británico. En concreto, aquí se centra en los episodios acaecidos por un pequeño batallón militar que, compuesto por poco más de un centenar de soldados resguardados en un pequeño puesto militar, tuvieron que enfrentarse a 4000 indígenas con ganas de sangre, hablamos de una proporción de 40 a 1. Sus órdenes eran resistir en su puesto, y ellos estaban dispuestos a luchar hasta el final.




En 1879, en la colonia Natal de Sudáfrica, el reverendo Otto Witt (Jack Hawkins) y su hija Margarita (Ulla Jacobson) son testigos de una masiva boda zulú de sus mejores guerreros. Un mensajero interrumpe las celebraciones para informar al jefe Cesthwayo de la victoria en Insandlwana (una dolorosa derrota del ejército británico). Ante las alarmantes noticias y viendo su iglesia en peligro, el reverendo parte con su hija para avisar al destacamento británico que ocupa la misión. Estamos a las puertas del conflicto que se llamó Guerra anglo-zulú, que enfrentó en tierras sudafricanas a los nativos zulúes con los soldados invasores del ejército británico.



Es uno de los primeros films de Michael Caine, que actúa como co-protagonista con Stanley Baker, al que incluso logra robarle algunos planos, teniendo en cuenta que Baker era productor de la película y en ese momento uno de los actores más prestigiosos de Inglaterra.
Aquí Gonville Bromhead (Cane) y John Chard (Baker) son dos oficiales al mando de la compañía y sobre ellos recaen las máximas labores interpretativas, un duelo de actores del que sale ganador el gran Michael Caine. Chard es muy estricto y recto y Gonville es un bon vivant, hijo de familia aristócrata y que tiene su primera incursión en el campo de batalla con el enemigo. Sus discusiones, a veces excesivas, se convierten en parte muy importante del film.




El 22 de enero de aquel año, en la batalla de Isandlwana, el ejército zulú arrolla a los ingleses, y aunque la cifra de muertos no llega al millar, será la gran derrota colonial, la más inesperada y la que quedará en la memoria de todos para siempre. 25.000 zulúes arrasaron a 1000 casacas rojas británicos, pero ese mismo día, otros 4000 zulúes no fueron capaces de vencer a 139 galeses (incluyendo a heridos, agregados y un escocés) que defendían la misión en Roker's Drift, demostrando que Isandlwana iba a ser una excepción.




Con estas claves, parece que el enfrentamiento entre los tenientes alterará el orden de la guarnición, pero todos serán una piña cuando ataquen los zulúes. De todas formas y a través de los secundarios, espléndidos todos ellos, el film consigue un crítico retrato sobre el terror y el miedo a lo desconocido. La muerte y la absurdidad de la guerra, tienen su reflejo en sus rostros descompuestos y como no, en sus diálogos.

Os dejo con el gran film que posee un arranque grandioso, baja el ritmo y entra en barrena, para luego volver a subir en su tramo final.

miércoles, 17 de junio de 2015

Indiana Jones and the Last Crusade (1989)

Cartel del film


Steven Spielberg dirige con maestría en 1989 la tercera entrega de las aventuras del arqueólogo más famoso del celuloide, Indiana Jones, encarnado por Harrison Ford. Pero si bien sus predecesoras "En busca del arca perdida" y El Templo maldito" son películas sobresalientes, en La última cruzada roza la excelencia suma, ya que no sólo mantiene los elementos de aventura y misterio de las dos primeras, sino que añade una dimensión humana y metafísica espectacular, en la que mucha culpa tiene el papel de Sean Connery, encarnando al profesor Henry Jones, padre de Indiana.





Aquí seguimos con la búsqueda del Santo Grial, que se convierte en la lucha por encontrarse a uno mismo. Esta búsqueda puede ser material o espiritual, pero en esta película queda clara la segunda de ellas. Indiana encuentra sus propios miedos y los acepta, y a través del encuentro con su padre, llega a entender lo que es y a tener una comunión perfecta consigo mismo. Ese reencuentro, abrupto, restaña heridas del pasado, y esa nueva unión es su verdadero Grial.
Con estos asuntos resueltos de manera excelente, nos encontramos sin duda ante la mejor película de la saga, ya que aquí el personaje de Harrison Ford que era algo plano en la primera, y que mejora cosas en la segunda, se convierte aquí en un héroe complejo, lleno de enigmas interiores por resolver, con final exitoso.




Aquí el film empieza reconstruyendo el pasado del personaje, que explicará el presente conocido, a través de un River Phoenix adolescente, con una mirada muy parecida a la del Harrison Ford adulto, a la vez que se nos explica la cicatriz de la barbilla, la fobia a las serpientes, el manejo del látigo y de donde sacó Indi su nombre y su sombrero, es decir la génesis del personaje. Pero sin duda, la clave de la historia es el conflicto paterno-filial entre ambos, que está llevado de forma magistral, aun en los momentos más difíciles y con un maravilloso sentido del humor.




Por otro lado, otro elemento tratado de manera crucial en el film, es el de los supervillanos, puestos como la peor escoria de la humanidad, los nazis, retratados de una manera perfecta, quemando libros. Y es que para ser nazi, o algo similar, la base es ser un ignorante total y absoluto. Hasta la aparición de Hitler es de una ironía gloriosa.
Además el regulamiento de los diferentes momentos del film es básico, cuando parece que la acción es demasiada, de pronto la película da su toque de humor excelente y te das cuenta de la gran película que ves, además de sentirte partícipe de ella gracias a los numerosos acertijos que contiene.





En definitiva una película imprescindible, para aquellos que quieran pasar uno de los ratos más divertidos de siempre.

Os dejo con esta maravilla de película.


martes, 16 de junio de 2015

Per un pugno di dollari (1964)

Cartel del film


Por un puñado de dólares, dirigida por Sergio Leone en 1964, es una de esas películas que conviene situar en su contexto, para ser conscientes de la sorpresa que produjo en su momento y a la vez el enorme impacto que tuvo. Definitoria del Spaguetti Western, es la primera de una trilogía fantástica, rodada en Almería (España), que se completa con La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo (diseccionada ya aquí). Hablamos de algo que nadie podía imaginar en aquel entonces, ya que un producto de estas características, poco prometedoras, se convirtió en un éxito taquillero que lanzó la carrera de su director (hasta entonces un completo desconocido) y de su actor protagonista, Clint Eastwood (que protagonizaba westerns televisivos) y darle una vuelta de tuerca abismal a un género ya casi en vía muerta por aquella época.




Este film es innovador en su momento, claro que si, pero parte de sus rasgos estilísticos parten de las influencias de grandes directores americanos, de películas como Centauros del Desierto de John Ford (1956), Forty Guns de Samuel Fuller (1957), o El hombre del Oeste de Anthony Mann (1958) por poner algunos ejemplos de los grandes referentes.
Pero este film en concreto, es un remake de un film de Akira Kurosawa, Yojimbo (1961), pero los productores, vistas las expectativas pobres del inicio, decidieron no pagar las exigencias del director japonés por derechos de autor, cosa que cambió a partir del éxito internacional, ahí si la negociación fue diferente, ya que las recaudaciones daban dinero a espuertas.


El protagonista que interpreta Clint Eastwood es un jinete solitario (al que llaman Joe en algún momento, pero que se le prefiere mantener en el anonimato) que llega al pueblo fronterizo de San Miguel en conflicto, donde hay dos familias enfrentadas, los Rojo y los Baxter. Hablamos de una época, después de la muerte de Juárez, donde en México dominan la injusticia, la violencia y el terror. Nada más llegar recibe advertencias de todo tipo ("No quisiera doblar las campanas por ti", o "Adios Amigo"), incluso del tabernero, pero lejos de amedrentarse, el vaquero decide quedarse y sacar provecho de su situación ofreciendo sus servicios a los Rojo (que venden alcohol), a la vez que ayuda secretamente a los Baxter (que venden armas), fomentando su rivalidad, un juego a dos bandas que le hará vivir peligrosamente.


Pero el sello de Leone, queda patente en la dureza de las escenas de acción, donde Joe provoca numerosas matanzas saliendo indemne, lo que actualizó el género totalmente y lo puso al día, ya que era un western sucio y amoral, poco visto hasta entonces. Incluso la dureza de escenas donde se quema una casa con gente dentro, y no hay miramientos a la hora de disparar incluso a niños es algo novedoso del género. Sea como fuere, el escaso entendimiento idiomático entre director y actor se solucionó con un entendimiento instintivo, que dotó de un carisma indudable a este héroe imbatible, caracterizado por un mítico poncho, bajo el que esconde una pistola de afinada puntería y ese puro que masca y escupe. Leone era especialista en filmar rostros, algo que le hacía único, y aquí eso lo hace a la perfección, lo borda.


En definitva, una obra fundamental de un estilo que además completaba una banda sonora acertadísima del gran Ennio Morricone.

Os dejo con la escena de un tiroteo, donde Clint Eastwood reparte balas y da lecciones.


jueves, 11 de junio de 2015

Adiós a Christopher Lee.




Christopher Lee, archifamoso por su papel de Drácula, entre otros, falleció el domingo 7 de junio a los 93 años de edad en un hospital de Chelsea, Londres, a causa de un problema respiratorio. Según el periódico The Guardian, la tardanza en comunicar el deceso, fue debido a que la viuda quiso avisar antes a todos los familiares. Lee, no sólo alcanzó la fama con ese mítico papel para la productora Hammer, sino que también participó y no se anquilosó sólo en ese papel, en la saga de Star Wars como Conde Dooku, como Saruman en El Señor de los Anillos y el Hobbit, y también encarnó a Francisco Scaramanga en El Hombre de la Pistola de Oro, dentro de la saga Bond, entre otros papeles.
Nació el 27 de mayo de 1922 en Londres, en un barrio de alta alcurnia, Belgravia, y con una altura de 1'96, llamaba la atención por su impresionante físico, lo que le reportó pronto papeles de malo. De familia de aristócratas, su padre era Teniente Coronel de la Guardia Real Británica y su madre era la Condesa Estelle Mari Carandini di Sarzano. Su infancia, una vez divorciados sus padres, transcurrió en Suiza, y de vuelta a Londres, su madre se casó con el banquero Harcout Ingle Rose, tío de Ian Fleming, creador de James Bond.








Su carrera comenzó en 1946, y participó en unas 250 producciones. En 1947, comenzó a aparecer en pequeñas obras de teatro y ópera, así como en programas de radio, donde su imponente voz comenzó a ser muy cotizada. Debutó en 1948 en el cine con Corridor of Mirrors, dirigido por Terence Young. Hizo de figurante en el Hamlet de Laurence Olivier, y sin salir en los créditos, eso le permitió conocer a Peter Cushing. En 1956 rueda La Batalla del Río de la Plata que le sirve para fichar por Hammer productions, franquicia con producciones de poca calidad pero de enorme éxito taquillero, con quien rueda La maldición de Frankestein en 1957, junto a Cushing. En 1958 actúa con Boris Karloff en Corridors of blood, este papel sería el que le lanzaría interpretando el gran rol de su carrera, El Conde Drácula. Así rueda Drácula (Horror of Dracula), ese mismo año, pero no la secuela La novia de Drácula (por problemas contractuales de pagos de la primera). Sin embargo, el éxito comercial reforzó la colaboración de Lee con Hammer y sobre todo con el director Terence Fisher, con el que rodó La momia, El Perro de los Baskerville y Medusa ya en 1960. Más títulos que seguían con la idea inicial fueron Drácula vuelve de la tumba (1968), El poder de la sangre de Drácula (1969) y Las cicatrices de Drácula (1970). 
Fuera de Hammer, destaca su papel del rival de 007, como el villano Scaramanga, en El hombre de la pistola de oro de 1974 y en la mítica Los Tres Mosqueteros de Richard Lester, donde interpreta al Conde Rochefort de 1973.
Después de varios reveses en los 70 (no interpretar Tommy de Ken Russell ni Hallowen de John Carpenter), sólo Spielberg se acuerda de él para la película 1941 en 1979, y en los 80 su encasillamiento en el género de terror le provoca cierto olvido.
Tim Burton, fan absoluto le recupera con pequeños papeles en Sleppy Hollow (1999), Charlie y la Fábrica de Chocolate o La novia cadáver (2005).






Su regreso triunfal se produce en 2001, al ser requerido por Peter Jackson para la Trilogía de El Señor de los Anillos, interpretando a Saruman.
Cuando George Lucas inicia el rodaje de su segunda trilogía de Star Wars, ofrece a Lee el papel de Conde Dooku. Su ya fallecido amigo, en ese momento, Peter Cushing, había trabajado para Lucas en la primera trilogía interpretando al gobernador Wilhuff Tarkin, de modo que Lee acepta el papel para el Episodio II, El Ataque de los Clones y el Episodio III, La Venganza de los Sith.

Dentro del anecdotario, ya que si vida fue intensa, destaca su afición a la música heavy, que le llevó a participar en grabaciones con el grupo Rhapsody of fire e incluso con Manowar, ya que su tono de voz era imponente.


Os dejo con una mítica escena de Drácula de 1958 en versión original, dónde después de la lucha viene la descomposición del Conde.




sábado, 6 de junio de 2015

Tomorrowland (2015)

Cartel del film
Esta superproducción de Disney está dirigida por Brad Bird, uno de los mayores talentos de Pixar, ganador de dos Oscars por “Los Increíbles” y “Ratatouille”, y autor de otros títulos de renombre como “Misión imposible: Protocolo Fantasma” y “El gigante de hierro”. El plus de misterio a esta aventura de ciencia-ficción lo añade el guionista Damon Lindelof, conocido por su trabajo en “Star Trek”, “Prometheus” y, sobre todo, por ser uno de los creadores de la serie “Perdidos”.
Según Lindelof, el espíritu de la película es recuperar el optimismo por el futuro que representaba Tomorrowland, una sección temática creada en 1955 por Walt Disney. Y el punto de partida de la historia fue el descubrimiento de una misteriosa caja en los Estudios Disney, que contenía todo tipo de planos, maquetas, fotografías y cartas relacionadas con la creación de Tomorrowland y la Exposición Universal de 1964.



Unidos por el mismo destino, una adolescente inteligente Casey Newton (Britt Robertson), optimista llena de curiosidad científica y un antiguo niño prodigio inventor hastiado por las desilusiones Frank Walker (George Clooney), se embarcan en una peligrosa misión para desenterrar los secretos de un enigmático lugar localizado en algún lugar del tiempo y el espacio conocido en la memoria colectiva como “Tomorrowland”, y así salvar a la Humanidad.



Una película divertida, donde los actores están bastante bien, y que tiene un mensaje importante para la humanidad, pero que bajo mi punto de vista bajo un diseño de producción pomposo, tiene lagunas y temas no resueltos de manera del todo acertada. El tono global se me hace algo irregular, y a pesar de que es muy disfrutable para los más pequeños, en algún momento de la historia se perderán con facilidad, debido a la complicada resolución de algunos temas sencillos.




A mi juicio el film se hace largo, excesivas las dos horas, y para los adultos no tendrán un punto central al que agarrarse, ya que la salvación del mundo depende de los soñadores, y vivimos un presente que se va volviendo más cínico y mentiroso, a medida que nos hacemos mayores. La fantasía está bien, pero en este caso se mezcla de manera forzada muchas veces con la realidad.
Como suelo decir, una de esas películas que acabará emitida en los sábados de televisión española a las 16:00h.


Os dejo con el tráiler.


martes, 2 de junio de 2015

Mejores escenas cómicas del cine (XXX)

 
 
En el año 2001 Santiago Segura perpetra el segundo capítulo de su película Torrente, titulada Misión en Marbella.
Torrente decide aquí instalarse en plena Costa del sol, en el ayuntamiento de Marbella, y trabajar como investigador privado. Allí, cuenta con la ayuda de Cuco (Gabino Diego), que colabora con él a tiempo parcial. La misión de Cuco consiste en desenmascarar a Spinelli (Jose Luis Moreno), un peligroso traficante de armas que amenaza con destruir la ciudad si no le pagan 2.000 millones de pesetas.


En una de las escenas cómicas más chanantes del film, Cuco presenta a Torrente al Sebas (Jaime Noguera), más conocido por "el del silbato" que aspira a formar parte del grupo, recomendado por el propio Cuco como un fichaje. Su madre le ha dado dinero para emergencias junto a un silbato, y nuestro protagonista es en teoría el hombre ideal para tangárselo, pero la tarea no será fácil ya que los instrumentos de defensa sonoros que tiene Sebas funcionan a la perfección.




Os dejo con este momento cumbre de la risa.