sábado, 30 de septiembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCX)

Como decía ayer, e1994 Quentin Tarantino dirige Pulp Fiction, su segundo film, el de la confirmación y éxito mundial, después de llamar mucho la atención dos años antes con Reservoir Dogs. Aquí nos cuenta la historia de Jules (Samuel L. Jackson) y Vincent (John Travolta), dos asesinos a sueldo de no muchas luces que trabajan para el gángster Marsellus Wallace (Ving Rhames). Vincent tiene una misión, que es cuidar de Mia (Urma Thurman), la atractiva mujer del jefe, y Jules le recomienda prudencia ya que es peligroso sobrepasarse con la mujer del jefe. Un chute de droga hará que la velada sea toda una fiesta de resultado incierto. En toda esa historia, hay un boxeador que engaña a Wallace llevándose un maletín, que ellos dos deben recuperar... Todo esto está trastocado en los espacios temporales, y es lo que te cuesta la primera vez que ves el film, tratar de colocar todo en su orden correcto, por decirlo resumido empieza casi por el final y termina por el principio, más o menos. Por si fuera poco Tarantino hizo una selección musical asombrosa, rescatando grupos antiguos de surf entre ellos el Rey del surf, crooners míticos, sensuales voces femeninas, bandas de funky legendarias, en fin, un cóctel memorable para musicar esta tremenda historia.
En otra escena mítica (este film las tiene a patadas) Jules y Vincent sufren el cabreo de Jimmie (Quentin Tarantino) que se pregunta si en su casa había algún cartel que pusiera "carroña negra" en referencia al cadáver de Marvin que traían en el coche. Su preocupación radica en que su mujer Bonnie está a punto de llegar del trabajo y no quiere que todavía estén allí. Es entonces cuando Jules llama a Marcelus Wallace (Ving Rhames) su jefe para pedirle ayuda y que le diga que la situación está bajo control, y por si fuera poco además de eso dice que le mandará al Lobo... cosa que tranquiliza por completo a Jules.


Os dejo con la mítica escena.

viernes, 29 de septiembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCIX)


En 1994 Quentin Tarantino dirige Pulp Fiction, su segundo film, el de la confirmación y éxito mundial, después de llamar mucho la atención dos años antes con Reservoir Dogs. Aquí nos cuenta la historia de Jules (Samuel L. Jackson) y Vincent (John Travolta), dos asesinos a sueldo de no muchas luces que trabajan para el gángster Marsellus Wallace (Ving Rhames). Vincent tiene una misión, que es cuidar de Mia (Urma Thurman), la atractiva mujer del jefe, y Jules le recomienda prudencia ya que es peligroso sobrepasarse con la mujer del jefe. Un chute de droga hará que la velada sea toda una fiesta de resultado incierto. En toda esa historia, hay un boxeador que engaña a Wallace llevándose un maletín, que ellos dos deben recuperar... Todo esto está trastocado en los espacios temporales, y es lo que te cuesta la primera vez que ves el film, tratar de colocar todo en su orden correcto, por decirlo resumido empieza casi por el final y termina por el principio, más o menos. Por si fuera poco Tarantino hizo una selección musical asombrosa, rescatando grupos antiguos de surf entre ellos el Rey del surf, crooners míticos, sensuales voces femeninas, bandas de funky legendarias, en fin, un cóctel memorable para musicar esta tremenda historia.
En una escena mítica, Jules y Vincent van en el coche y llevan a Marvin (Phil LaMarr) en el asiento de atrás, ambos empiezan a discutir y Vincent se vuelve para decirle algo a Marvin a la vez que le apunta con el arma que se le dispara y todos sus sesos salen despedidos, una situación que pone muy nervioso a Jules que llama para que alguien pueda arreglar el marrón.


Os dejo con la mítica escena.

jueves, 28 de septiembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCVIII)

Como decía ayer, en 1961 Stanley Kramer dirigió ¿Vencedores o Vencidos? Los juicios de Nuremberg (Judgment at Nuremberg) y que se centraba en los juicios celebrados en la ciudad alemana en 1948, tres años después de el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), donde fueron juzgados cuatro jueces, cómplices de la política nazi de esterilización y limpieza étnica. Un juez norteamericano retirado, Dan Haywood, tuvo la responsabilidad de presidir dicho juicio. Se trata de una lección tan actual y necesaria hoy como en la época en la que aconteció, esta obra maestra que es imperecedera, ya que describe con precisión y perspectiva, con detalle y objetividad el proceso llevado a cabo contra esos dirigentes nazis que estaban acusados de apoyar, amparar y servir al Tercer Reich y sus políticas.
El reparto, por si fuera poco, es excepcional, al citado Spencer Tracy que da vida al juez que presidía el juicio, se unen el abogado de la defensa Hans Rolfe, al que da vida un magnífico Maximilian Schell, Ernst Janning era un ex-ministro de Justicia y una eminencia jurídica desde los tiempos de Weymar, al que da vida un maravilloso Burt Lancaster o el Coronel de la acusación Tad Lawson al que interpreta Richard Widmark.
En una escena mítica Haywood dicta sentencia sin tener en cuenta paradójicamente, como sí lo hicieron los acusados, las presiones ejercidas por el gobierno americano para que las penas no fueran severas (los cuatro son declarados culpables y condenados a reclusión perpétua). Los rusos habían bloqueado Berlín y era necesario contar con el apoyo del pueblo alemán, lo cual podría complicarse si se encarcelaba a todos sus dirigentes y líderes vivos.


Os dejo con la mítica escena.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCVII)

En 1961 Stanley Kramer dirigió ¿Vencedores o Vencidos? Los juicios de Nuremberg (Judgment at Nuremberg) y que se centraba en los juicios celebrados en la ciudad alemana en 1948, tres años después de el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), donde fueron juzgados cuatro jueces, cómplices de la política nazi de esterilización y limpieza étnica. Un juez norteamericano retirado, Dan Haywood, tuvo la responsabilidad de presidir dicho juicio. Se trata de una lección tan actual y necesaria hoy como en la época en la que aconteció, esta obra maestra que es imperecedera, ya que describe con precisión y perspectiva, con detalle y objetividad el proceso llevado a cabo contra esos dirigentes nazis que estaban acusados de apoyar, amparar y servir al Tercer Reich y sus políticas.
El reparto, por si fuera poco, es excepcional, al citado Spencer Tracy que da vida al juez que presidía el juicio, se unen el abogado de la defensa Hans Rolfe, al que da vida un magnífico Maximilian Schell, Ernst Janning era un ex-ministro de Justicia y una eminencia jurídica desde los tiempos de Weymar, al que da vida un maravilloso Burt Lancaster o el Coronel de la acusación Tad Lawson al que interpreta Richard Widmark.
En una escena mítica Hans Rolfe argumenta su defensa en primera instancia, haciendo ver que los acusados cumplían la ley, mala o buena, pero la ley. Luego intenta darle la vuelta a la causa colocando a los verdugos como víctimas de ese régimen que ellos no eligieron pero se vieron forzados a obedecer, y finalmente trata de compartir su culpa con todo el pueblo alemán, corresponsable del omnímodo poder de Hitler por acción, omisión o silencio.


Os dejo con la mítica escena.

martes, 26 de septiembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCVI)



En 1979 Francis Ford Coppola dirige el que para mí es el Film con mayúsculas sobre la Guerra del Vietnam. El guión está basado en una novela de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas (Heart of darkness) y lo hicieron John Milius y el propio director. Ganadora de Oscars y candidata a otros muchos, también ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1979.
En 2001 Coppola presentó, también en Cannes, un nuevo montaje de la película, de hasta 3 horas y casi media hora más de metraje con el nombre de Apocalypse Now Redux.
Se cuenta la historia del joven Capitán Willard al que finalmente encarnó Martin Sheen, después de que rechazaran dicho papel actores de la talla de Steve McQueen, Marlon Brando, Al Pacino, Clint Eastwood, James Caan, Jack Nicholson, Robert Redford por diferentes cuestiones e incluso se valoró a Gene Hackman. En un momento ya de desesperación total, y sabiendo que si no contrataba a actores de renombre no conseguiría el dinero de los distribuidores, lo que supondría el final del proyecto, Coppola recibió una llamada del agente de Brando. El director al final consiguió contratarlo para el papel de Kurtz a cambio de 3 millones de dólares (1 millón por cada una de las tres semanas de rodaje), aunque el actor sufría de sobrepeso (y el director lo sabía), el actor en compensación acordó perder varios kilos.
Al final Coppola se decidió por un actor casi desconocido para el papel de Willard, Martin Sheen, que estaba rodando El puente de Casandra en Roma, pero un conflicto de agendas lo echó por tierra. Fue el momento de Harvey Keitel, al que le pagaban 80.000 dólares. Robert Duvall se llevó el papel del coronel Kilgore por 65.000 dólares y un 1'5% de los beneficios netos. Dennis Hooper aceptó participar interpretando al periodista gráfico que está con Kurtz, a cambio de tener una frase con Brando en una escena (esto realmente no pasó). Otra anécdota es que Laurence Fishburne mintió sobre su edad para interpretar a Tyrone "Clean" Miller (tenía 14 años cuando rodó el film, si, el que baila en la barcaza el Satisfaction de los Rolling Stones).
Se rodaba en Filipinas y una vez inmersos ya un mes en la grabación el director se convenció de que Harvey Keitel no era el actor que él quería para el papel de Willard, y al final si que fue Martin Sheen el elegido último, por lo que se volvieron a filmar todas las escenas que Keitel había rodado.
Ese papel era fundamental en el film, obviamente, se trataba de un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense, que se le había encomendado entrar en Camboya con la peligrosa misión de eliminar a Kurtz, un coronel renegado que se había vuelto loco. El capitán (que va narrando el film) comandaba una barcaza río arriba, hasta llegar al corazón de la selva, donde Kurtz reinaba como un buda despótico sobre los miembros de la tribu Motagnard, que le adoraban como a un dios.


En una escena mítica, el Coronel Kurtz, despacha un monólogo sobre el horror, al que atiende poco menos que asombrado Willard, mientras los miembros de la tribu que protegen y adoran a Kurtz no pierden ojo a todo.

Os dejo con la mítica escena.

lunes, 25 de septiembre de 2023

Bandas sonoras míticas de películas (CLIV)

En 1983 Adrian Lyne dirigió Flashdance donde se cuenta la historia de Alex (Alexandra Owens), una chica adolescente que sueña con bailar profesionalmente. Para ganarse la vida, trabaja como soldadora durante el día y como bailarina exótica en un cabaret por las noches. Ella vive en una bodega que ha transformado en su hogar y su lugar de entretenimiento. Se trata de una bailarina solitaria que comienza una relación con el dueño de la fábrica donde trabaja, quién le alienta a perseguir su sueño y audicionar para entrar en una de las escuelas de danza de mayor prestigio de Estados Unidos.
Su banda sonora estaba elegida por Giorgio Moroder con temas de Irene Cara, Michel Sembello, Laura Braningan o Donna Summer entre otros.
El tema de Irene Cara, que ya venía de su éxito con Fame, sonó por todos lados, ese Flashdance... What a feeling.


Os dejo con Flashdance... What a feeling de Irene Cara.

domingo, 24 de septiembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCV)

En 1973 Luchino Visconti dirigió Ludwig II de Baviera, El Rey loco, lo que hoy sería considerado un biopic sobre la figura de este rey de la dinastía de los Wittelsbach, que en 1864, antes de cumplir los veinte años ocupó el trono de Baviera. Se trataba de un joven generoso, romántico y que soñaba con traer la felicidad a su pueblo a través de su mecenazgo, ya que amaba el arte, la música, la paz y la armonía universal. Sin embargo las cuestiones de Estado solía delegarlas en sus consejeros, lo que llevó a Baviera a una desastrosa guerra que la dejaría en manos de Bismarck. Eso provocaba que hasta sus más fieles colaboradores conspiraran contra él, hasta su gran y favorito protegido, el compositor Richard Wagner le traicionó. Su gran apoyo era su prima Elisabeth (la famosa Sissi), esposa del Emperador de Austria, que sentía por él un afecto casi maternal, y que le fue siempre fiel. Helmut Berger daba vida al Rey en una interpretación soberbia, mientras que Romy Schneider interpretaba a su prima Elisabeth, a la vez que Trevor Howard daba vida a Wagner.
Este film fue uno de los proyectos más ambiciosos y personales de Visconti, y en él podemos apreciar su concepción operística de la puesta en escena que alcanza cotas de exquisitez, refinamiento y grandilocuencia extraordinarias. La recreación de la época es fastuosa y magistral, un fresco perfecto donde reflexiona sobre la soledad que el propio rey tenía y su insatisfacción vital, y en esa decadencia de una aristocracia que se iba quedando anticuada.  


En una escena mítica, al principio del film, se ve el día de la coronación de Ludwig II (10 de marzo de 1864) con toda la pompa que ello conlleva, la presencia de la más alta realeza, la más alta jerarquía eclesiástica y toda su familia.

Os dejo con la mítica escena.

viernes, 22 de septiembre de 2023

The Fabelmans (2022)

Steven Spielberg dirigió el año pasado Los Fabelmans, una historia semiautobiográfica de la propia infancia y juventud del director que nos cuenta como el cine va a ser algo más que un simple entretenimiento en la vida, aunque el resultado es un film sobre la depresión y la tristeza en la América de las oportunidades y esperanzada de los 60. Está ambientada a finales de la década de los 50 y principios de los 60 y se centra en Sammy Fabelman y su familia (que incluye tres hermanas), que cuando es pequeño viven en New Jersey, luego se mudan a Arizona y acaban en California del Norte, todo a causa del trabajo del padre Burt (Paul Dano), ingeniero informático, además de estar influido por su excéntrica madre Mitzi (Michelle Williams) cuyo talento al piano que tiene desde pequeña, le luce poco. Sammy descubre de pequeñito viendo un film en el cine titulado "El mayor espectáculo del mundo" que lo que le gusta es rodar e intenta emular con un tren de juguete una escena de la película que le impactó.


Sammy (Gabriel LaBelle) explora cómo el poder de las películas le ayuda a contar historias y a forjar su propia identidad. Haciendo una película casera descubre un secreto familiar devastador (la cámara lo graba todo, hasta lo prohibido), que provocará cambios familiares tremendos, y el propio director hace ese homenaje a través del protagonista utilizando el imaginario del cine de manera genial, con recursos como la oscuridad, la fascinación del público, la falsedad de la imagen para, de manera paradójica, hacerla más real, para crear planos maravillosos y en definitiva como si hacer ese homenaje al cine antes citado, fuera la tarea más importante de su vida.


Pero una cosa debe quedar clara, la película no es una carta enamorada al cine, si no un ensayo audiovisual sobre el arte de hacer cine y cómo hechos que suceden en la vida real, al pasar por el objetivo de una cámara se convierten en mágicos, tanto para ensalzar, como para hundir situaciones concretas. Es por esto, que en el film queda muy claro que Sammy sabe que su vida no tiene sentido si no tiene una cámara entre las manos, es lo que le da vida y sentido a todo lo que hace. Algo que se ve perfecto al principio del film, cuando el niño mira el tren con sus ojos a la altura del mismo mientras pasa, ese es el enfoque que él adopta desde pequeño.


Pero el problema de este film, desde mi punto de vista, es la falta de ritmo que es muy patente en bastantes partes de la cinta, y sobre todo cuando ahonda en la tristeza y la depresión de personajes rotos (la madre es la estrella en ese sentido) aunque, la película está rodada de manera perfecta como no podía ser menos por el mejor narrador audiovisual de nuestra época a pesar de que también en determinados momentos es un film muy clásico. La parte actoral está en su sitio, Paul Dano y Michelle Williams cumplen perfectamente, mientras Sammy, al que dan vida Mateo Zoryon Francis-Deford de pequeño y sobre todo Gabriel LaBelle de adolescente están muy bien. A destacar también la intervención genial de David Lynch haciendo de John Ford.


Por último decir que como muchas películas de esta época, la duración es algo excesiva, 2 horas y 24 minutos me parece demasiado, se te hace algo larga.

Os dejo con el tráiler del film.

lunes, 18 de septiembre de 2023

Bandas sonoras míticas de películas (CLIII)

Como he dicho en varias ocasiones, George Lucas dirigió su segundo film American Graffiti en 1973, después del estrepitoso fracaso de THX 1138, que incluso llegó a hundir a la American Zoetrope. Recomendado por su amigo Francis Ford Coppola, Lucas rodó una historia menos fría que la del debut, algo más humana y cálida, más cercano a la realidad y no tan oscuro. La historia se desarrolla en Modesto (California) en la última noche del verano de 1962, donde los adolescentes de ese pueblo quieren divertirse antes de afrontar sus responsabilidades de adultos, la universidad, etc., es entonces cuando todos salen esa noche para bailar, beber, ligar, pasearse en coche, ir a la bolera, bailar un rato... una radiografía perfecta de ese momento en que las hormonas adolescentes explotan.
La banda sonora elegida por Lucas es una pasada, son 41 temas (doble cd) de onda cincuentera y sesentera de un nivel imbatible.


Yo os dejo con dos temas de esa banda sonora, primero el Runaway de Del Shannon de 1961.




Y por otro lado el The Great Pretender de The Platters de 1955.

viernes, 15 de septiembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCIV)


Como decía hace no mucho, George Lucas dirigió su segundo film American Graffiti en 1973, después del estrepitoso fracaso de THX 1138, que incluso llegó a hundir a la American Zoetrope. Recomendado por su amigo Francis Ford Coppola, Lucas rodó una historia menos fría que la del debut, algo más humana y cálida, más cercano a la realidad y no tan oscuro. La historia se desarrolla en Modesto (California) en la última noche del verano de 1962, donde los adolescentes de ese pueblo quieren divertirse antes de afrontar sus responsabilidades de adultos, la universidad, etc., es entonces cuando todos salen esa noche para bailar, beber, ligar, pasearse en coche, ir a la bolera, bailar un rato... una radiografía perfecta de ese momento en que las hormonas adolescentes explotan.
En una escena muy interesante, Steve (Ron Howard muy joven que luego sería director) está algo abatido porque él y su novia Laurie (Cindy Williams) han roto y está sentado en el Mel's drive-in pensativo y desanimado, una de las camareras Budda (Jana Bellan) está en sus cinco minutos de descanso y habla con él, y le cuenta su situación, intenta ayudarle y le dice que sale en una hora para pasar un buen rato antes de que él marche a la mañana siguiente, esta escena la ve Laurie...


Os dejo con la mítica escena.