miércoles, 17 de junio de 2015

Indiana Jones and the Last Crusade (1989)

Cartel del film


Steven Spielberg dirige con maestría en 1989 la tercera entrega de las aventuras del arqueólogo más famoso del celuloide, Indiana Jones, encarnado por Harrison Ford. Pero si bien sus predecesoras "En busca del arca perdida" y El Templo maldito" son películas sobresalientes, en La última cruzada roza la excelencia suma, ya que no sólo mantiene los elementos de aventura y misterio de las dos primeras, sino que añade una dimensión humana y metafísica espectacular, en la que mucha culpa tiene el papel de Sean Connery, encarnando al profesor Henry Jones, padre de Indiana.





Aquí seguimos con la búsqueda del Santo Grial, que se convierte en la lucha por encontrarse a uno mismo. Esta búsqueda puede ser material o espiritual, pero en esta película queda clara la segunda de ellas. Indiana encuentra sus propios miedos y los acepta, y a través del encuentro con su padre, llega a entender lo que es y a tener una comunión perfecta consigo mismo. Ese reencuentro, abrupto, restaña heridas del pasado, y esa nueva unión es su verdadero Grial.
Con estos asuntos resueltos de manera excelente, nos encontramos sin duda ante la mejor película de la saga, ya que aquí el personaje de Harrison Ford que era algo plano en la primera, y que mejora cosas en la segunda, se convierte aquí en un héroe complejo, lleno de enigmas interiores por resolver, con final exitoso.




Aquí el film empieza reconstruyendo el pasado del personaje, que explicará el presente conocido, a través de un River Phoenix adolescente, con una mirada muy parecida a la del Harrison Ford adulto, a la vez que se nos explica la cicatriz de la barbilla, la fobia a las serpientes, el manejo del látigo y de donde sacó Indi su nombre y su sombrero, es decir la génesis del personaje. Pero sin duda, la clave de la historia es el conflicto paterno-filial entre ambos, que está llevado de forma magistral, aun en los momentos más difíciles y con un maravilloso sentido del humor.




Por otro lado, otro elemento tratado de manera crucial en el film, es el de los supervillanos, puestos como la peor escoria de la humanidad, los nazis, retratados de una manera perfecta, quemando libros. Y es que para ser nazi, o algo similar, la base es ser un ignorante total y absoluto. Hasta la aparición de Hitler es de una ironía gloriosa.
Además el regulamiento de los diferentes momentos del film es básico, cuando parece que la acción es demasiada, de pronto la película da su toque de humor excelente y te das cuenta de la gran película que ves, además de sentirte partícipe de ella gracias a los numerosos acertijos que contiene.





En definitiva una película imprescindible, para aquellos que quieran pasar uno de los ratos más divertidos de siempre.

Os dejo con esta maravilla de película.


2 comentarios:

  1. Trilogía mítica donde las haya.
    La cuarta no cuenta.

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    Respuestas
    1. Grijaldo: Yo soy fan de esta en concreto, aunque las dos primeras me molan claro.
      La cuarta se la podían haber ahorrado.

      Abrazos.

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