Por fin pude ver la película que ha sido elegida por España para representar a nuestro país en los Óscars como mejor película internacional, la road movie Sirât -Trance en el desierto. Esta odisea salvaje moderna es muy cierto que te deja impactado, al principio piensas que se va a basar todo en el asunto de las raves en el desierto y la verdad es que la cosa cambia y mucho, ese es digamos el vehículo a partir del cual se nutre la historia que se nos cuenta. Oliver Laxe, el director, no te deja indiferente y te propone un viaje por el desierto puro y duro y en unas condiciones que se van haciendo cada vez más duras en todos los sentidos. Se trata de un film de pulsión que te va atrapando y enganchando poco a poco, y eso que al principio del visionado me costó cogerle el punto y hasta estuve a punto de abandonarlo.
Se nos cuenta la historia de un hombre llamado Luis, al que da vida un genial Sergi López y su hijo Esteban (al que interpreta Bruno Nuñez Arjona) que llegan a una rave perdida en Marruecos. Aquí hago un paréntesis, esa colocación de los bafles para que suene la música se te queda grabado, por momentos me quiere recordar al concierto de Pink Floyd en Pompeya... piensa uno en su cabeza rockera, pero no, de repente tienes a cientos de locos por la electrónica totalmente ensimismados con lo que sale por esos altavoces gigantes. Padre e hijo entre esa marabunta electrónica reparten fotos de Mar, su hija y hermana, desaparecida hace meses en una de esas fiestas que no tienen amanecer y un tipo de libertad que les proporciona que les es completamente desconocida. Les preguntan en concreto a un grupo de raveros que dicen desconocer a Mar, y deciden seguirlos a una última fiesta hacia el Sur que también se celebrará en el desierto, también la última oportunidad de encontrar a Mar, aunque ellos avisan a Luis que el camino es difícil y su furgoneta puede que no aguante.
Pero es en esta parte donde el director te deja imágenes impactantes a la luz de los focos de las camionetas y líneas de carretera intermitentes que te transportan a ese trance hipnótico que se rompe de la manera más inimaginable.
Todo es apocalíptico en el film, pero sin ciencia ficción, hasta cuando llega el ejercito marroquí y los desaloja de la rave inicial, dicen estar en estado de emergencia y se barrunta una tercera guerra mundial, da igual, ellos siguen a su rollo y su historia, ajenos a si el mundo se vuelve loco.
Os dejo con el tráiler del film.




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