jueves, 30 de julio de 2020

Escenas míticas del cine (CXLIII)


Como decía ayer, en 1998 Steven Spielberg dirige Salvar al Soldado Ryan, para un servidor una de las mejores películas de este director, y que pasa el tiempo de una manera excelente. No voy a negar que se trata de una superproducción bélica, sobre hechos fundamentales de la II Guerra Mundial que cambiaron el curso de la misma, pero que en manos de un tipo como Spielberg se convierte en oro puro. Dejo claro una cuestión, sin llegar a ser una grandiosa obra maestra, es un film donde el director arriesga y sale victorioso, y además elige por primera vez a Tom Hanks para un papel clave en toda la cinta, el del Capitán John Miller.
La primera media hora de película se centra en el desembarco aliado en la playa de Omaha, Normandía, en el que los alemanes les están esperando y el número de bajas es alto, a pesar de ello y centrado en un grupo concreto que sale de una de las barcazas, consiguen doblegar al ejército alemán. Pero su verdadera misión cambiará a partir de una orden del alto mando, salvar y llevar a casa a un soldado que ha perdido a tres hermanos en combate. De ese soldado apellidado Ryan (Matt Damon) poco se sabe, solo que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de las líneas enemigas en Francia. Desde entonces, los hombres de la patrulla del Capitán John Miller arriesgan sus vidas para encontrar a ese soldado, y no son pocas los inconvenientes que se van encontrando.
La escena en la que por fin le encuentran, supone un punto de inflexión, ya que Ryan no quiere abandonar su puesto, y además es importante salvar un puente de que caiga en manos enemigas, por lo que todos deberán unir fuerzas e inventiva.


Os dejo con esa gran escena.

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