En 1982 Ridley Scott dirige la que muy probablemente no sólo sea su obra maestra, sino una de las obras maestras del cine de ciencia ficción de todos los tiempos, Blade Runner. Harrison Ford, Rutger Hauer, Sean Young y una jóven Daryl Hannah están simplemente geniales.
Todo el film, en aquel momento futurista, se desarrolla en la ciudad de Los Ángeles prevista para 2019. Épica también, es la banda sonora del griego Vangelis.
En ese principio del siglo XXI, la Tyrell Corporation, una poderosa empresa, creó (gracias a los avances en ingeniería genética) el robot Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre, pero superior a él en fuerza y agilidad, los llamados Replicantes, que trabajan como esclavos en las colonias exteriores de la tierra. Después de la rebelión de los Replicantes, éstos son desterrados.
Las brigadas especiales de la policía, los Blade Runners, tienen órden de matar a todos los que no acataran la condena...
En una escena final antológica el Replicante Roy Batty, el líder violento suelta este romántico discurso:
"Yo he visto cosas que vosotros no creeriais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir...".
Obra maestra absoluta y escena genial, Savoy. La novela de Philip K. Dick (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?) en la que se basó R. Scott es muy buena, pero la película es mucho mejor, en mi opinión. Yo la veo tan poética y penetrante como "Centauros del desierto".
ResponderEliminarUn abrazo (habéis estado a punto, lo siento).
Gonzalo Aróstegui Lasarte: Exacto, es de los pocos casos en que la película supera a la novela, y ésta escena final a mi la primera vez que la vi me dejó pensando durante mucho tiempo.
EliminarUn abrazo (Hemos marcado el primero demasiado tarde, una pena).
Blade-Runner nunca me pareció una gran película pero esa escena con el replicante Roy Batty agonizando bajo la lluvia,conciente de su final es de una poesía y sensibilidad tan apabullantes que logra que uno se quede pensando en el film horas y hasta días después de haberlo visto.No muchas pelis logran un efecto tan arrollador.
ResponderEliminarIncreíble que tanto los actores como el director y todo el personal técnico se llevaran tan mal durante el rodaje y aún así lograran captar momentos tan viscerales. O tal vez eso contribuyó a la atmósfera abrumadora que rodea al film, tan efectiva para contar esa extraña historia.
Alejandra: Tienes toda la razón en tu comentario, y estoy muy deacuerdo, excepto en una cosa, a mi si me parece una gran película, inolvidable y de las que aguantan muy bien el paso del tiempo.
EliminarEsa escena de la que he hablado es tan impactante, que aún a día de hoy me estremece. El efecto de esa escena sobrepasa los años y todo.
Si, a veces las no muy buenas relaciones entre el equipo, no influyen en el resultado final, como en este caso.
Un beso.
Tremendísima peli,clásico imperecedero y Überchanante escena,de las de llorar vamos.
ResponderEliminarY creo,si no recuerdo mal,haber leído en algún lado que el diálogo de esa escena se lo inventó sobre la marcha el bueno de Rutger,que es todo improvisación vamos.
Grijaldo: Es díficil no coincidir aquí, una obra maestra sin discusión. Y ésta escena quizás sea de las que más se te quedan grabadas en el cerebro para siempre.
EliminarJoder, pues qué grande el Rutger, desde luego le salió bordado, y es para pensar que luego su carrera no se vió plagada de grandes películas, a saber porqué, pero aquí está de lujo.
Un saludo.