Cartel del film
Florian Henckel von Donnersmarck dirige en 2006 ésta extraordinaria película, La vida de los otros, que recibió el Óscar a la mejor película de habla no inglesa, que en su día pude ver de estreno en el cine, en una semana santa, y tal fue su impacto en mi, que a día de hoy sea posiblemente una de las películas de las que mejor recuerdo tengo después de haber sido vista más veces, ya que pasa muy bien el tiempo y sigue muy vigente.
George Dreyman y otros escritores
Se sitúa en el año 1984, en la antígua República Democrática Alemana, dónde el capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe) es un hombre solitario y componente oficial del servicio de inteligencia y espionaje de la Stasi, la todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la RDA.
Todo cambiará para él cuando le encomiendan que espíe a la pareja formada por el "peligroso" escritor Georg Dreyman (Sebastian Koch) y la popular actriz Christa-Maria Sieland (Martina Gedenk, una auténtica belleza de actriz), pero ni se le pasa por la cabeza que esa misión influirá en su concepción de la vida y el mundo.
Gerd Wiesler
Gerd Wiesler es un convencido comunista y firma sus informes como HGW XX/7, pero no sospecha que el ministro de cultura Bruno Hempf (Thomas Thieme) respalda el proyecto con la intención de quitarse del medio a Dreyman y quedarse con su novia. Ésta había cedido a los avances del ministro, porque de lo contrario, su carrera de actriz peligraba. En esas, el teniente coronel Anton Grubitz (Ulrich Tukur), superior de Wiesler, intenta estimular su ya pronunciado olfato de espía, y seducirle con un ascenso si el proyecto es un éxito.
La pareja
Un equipo de hombres de la Stasi cablea la vivienda de Dreyman, instalando micrófonos ocultos y se instala la central técnica en el desván del edificio. El espionaje permite a Wiesler, soltero y con una vida privada insignificante en su piso dormitorio decorado de la manera más espartana, observar el mundo del arte y los librepensadores, así como las relaciones interpersonales y la vida privada de ellos, de las que él no disfruta.
Eso acaba produciendo un cambio en el propio Wiesler, quien se siente atraido por un libro de Bertolt Brecht que había traido a casa de Dreyman en su cumpleaños su amigo y director teatral Albert Jeska (Volkmar Kleinert) quien tiene prohibición de trabajo por ser crítico con el régimen. Ese libro cambiará a Wiesler de arriba a abajo.
Christa-Maria Sieland
Casi todo el film fue rodado en Berlín, y el esfuerzo por hacer la reconstrucción de todos los detalles de la época muy logrado. La interpretación de Ulrich Mühe es espectacular, lo que en principio parece inexpresión, se encuentra regulado por él para apreciar a través de la vida de los demás como de triste es realmente su vida. Gélido, escrupuloso, encarna a un hombre inflexible y convencido de sus principios comunistas, en los que el régimen está por encima de todo. Sin embargo, debajo de cada impávido gesto, se engendran cambios en su personalidad, que con posterioridad hacen que cada pequeña variación en su rostro, sea traducida perfectamente por el espectador para descifrar los sentimientos de tan adusto personaje.
Lo más triste es que este actor falleció justo al año siguiente del estreno de la película, cuyo éxito fue evidente.
Os dejo con el trailer de ésta extraordinaria película, profunda y cargada de ritmo, cuyo final todavía me conmueve de una manera especial.
Una película muy lograda y muy triste, Savoy. Sobria y auténtica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gonzalo Aróstegui Lasarte: Si, lograda es poco, y claro su final es muy triste, pero es tan grande, está tan bien hecho, que es grandioso.
EliminarUn abrazo.
No la he visto, pero dos amigos mios dicen que es buena, y son dos pajaros que saben un huevo asi que a por ella.
ResponderEliminarAbrazos a ambos.
Addison de Witt: Amigo, ya te digo yo que ésta es una película que te va a dejar huella, es de las mejores que he visto en los últimos 7 u 8 años, tremenda.
EliminarUn abrazo.