miércoles, 13 de febrero de 2013

Amanece, que no es poco (1989)

Cartel del film



En 1988, Jose Luis Cuerda dirige esta disparatada y magnífica comedia en la que como si de un cuento o ida de olla o viaje psicodélico se tratara, los protagonistas quieren cambiarse los papeles en la misma película, los hombres nacen de la tierra como los vegetales, los niños nacen de señoras mayores que se quedan embarazadas en la misma noche, etc... Un elenco de actores españoles de lo más granado dan vida a esta historia, tan disparatada como divertida. 




Teodoro (Antonio Resines), un jóven ingeniero español que trabaja como profesor en la Universidad de Oklahoma, regresa a España para disfrutar de un año sabático. Al llegar, descubre que su padre Jimmy (Luis Ciges) ha matado a su madre y que, para compensarlo de la pérdida, le ha comprado una moto con sidecar para viajar juntos. Padre e hijo llegan a un remoto pueblo de la montaña (en algún lugar de España, se supone) que parece medio vacío, lo que pasa es que los vecinos están todos en la iglesia como todos los días, ya que la misa es un espectáculo auténtico.
Jimmy y Teodoro, hilos conductores de la película, van descubriendo las peculiaridades del pueblo... asisten a elecciones cada año para designar alcalde, cura, maestro, puta...
Además de todo eso, y por si fuera poco, al pueblo van llegando un grupo de estudiantes de la Universidad norteamericana de Eaton (destacar la tremenda actuación de Gabino Diego), unos meteorólogos belgas, un grupo de disidentes de los Coros del Ejército Ruso, invasores camuflados del pueblo de arriba... con lo que las historias se van entrelazando unas con otras hasta formar un sin sentido realmente genial y absurdo.

Disfrutad de unas escenas de esta gran película, que cada vez que la veo no paro de reir.

La primera el tema del libre albedrío...








Y aquí la recepción al alcalde...



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