sábado, 25 de abril de 2020

Escenas míticas del cine (CXXX)


Christopher Nolan dirige en 2008 El Caballero Oscuro, su obra cumbre de la trilogía sobre Batman, que empezara a un altísimo nivel con Batman Begins dos años antes, pero que aquí por diversas cuestiones supera y alcanza la excelencia. Aquí expande sus grandes cualidades y se abre totalmente en un lucimiento espectacular. Desde la escena inicial del atraco a un banco,  el film no decae ni un sólo instante, haciendo que mantengas la atención sin pestañear todo el metraje, con un ritmo trepidante, un montaje bestial y una fotografía fuera de serie, que además se irá tornando oscura hacia la parte final.
El choque que se produce entre Batman (Christian Bale) y el Joker (Heath Ledger) es brutal, ya que ambos se rigen por principios que les obligan a no acabar de forma voluntaria con el otro. Aquí Bruce Wayne es más humano y no puede permitirse dejar morir a los villanos, los necesita. En este punto, Joker es una bomba de relojería a punto de explotar, algo impredecible, como un accidente que puede suceder en cualquier momento. El trabajo de Heath Ledger fue colosal, haciendo de un Joker llevado continuamente por una locura controlada, que le hacía ser enormemente peligroso. 
Batman es el azote de la delincuencia en Gotham, y será el Joker quien proponga a la mafia de la ciudad acabar con el hombre murciélago. Pero al final, después de volver a salvar a la ciudad de los malos, él no es un héroe, y así se lo hace saber a Gordon (Gary Oldman) en la escena final, es un guardián silencioso, un protector vigilante... un caballero oscuro. 


Os dejo con la mítica escena final de El Caballero Oscuro.

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