miércoles, 12 de julio de 2017

Baby Driver (2017)


Edgar Wright dirige este cinta, que tiene varias cualidades muy buenas, aunque parte de una historia algo ya conocida desde tiempos lejanos, desde luego tiene una innegable cualidad y es que divierte mucho, con momentos espectaculares, escenas de acción rodadas a la perfección y con un montaje realmente bueno, es digamos una de esas películas en las que el envoltorio es maravilloso, pero cuando te adentras en el regalo, no todo es de color de rosa, y tiene sus dimes y diretes, con un guión que cojea a veces. Es un film con guiños a varias películas, a Bonnie and Clyde, Le llaman Bodhi, Heat, incluso Pulp Fiction, pero claro, también Drive.


Un chico joven, Baby, encarnado por un gran Ansel Elgort, es un chico algo perdido que de pequeño vio como sus padres morían en un accidente, y que posee un problema auditivo que le lleva a obsesionarse con la música, hasta tal punto que vive recluido en ella y con su padre adoptivo mudo y en silla de ruedas al que cuida. Pero él tiene un don, ese es el de conducir de manera fastuosa, cosa que le lleva a trabajar para un excéntrico mafioso, Doc (Kevin Spacey brutal como siempre) que construye equipos de actuación para robar, con la singularidad de que en cada atraco cambian los elegidos. Es Baby, el encargado de librar al equipo de la persecución policial tras cometer el robo. 


La primera parte de la película es realmente buena, y mezcla de una manera bastante acertada, aunque con matices, un thriller de atracos con música, claro que ésto es algo que va intrínseco en el personaje del protagonista, que tiene la peculiaridad de que para cada trabajo pone un tema, para cada situación tiene un ipad diferente, graba las conversaciones y compone música con esas grabaciones, pero que a veces resulta cargante. Es cierto que toma riesgos, pero calculados, y la relación entre Baby y Debora (guapísima Lily James) hace que todo tenga su lado tierno bien medido.


Pero a mitad del film hay cosas que descolocan un poco, el guión se empieza a tambalear, a pesar de que la actuación de los actores raya la perfección, con un Jon Bernthal excepcional, un Jamie Foxx brutal (cada vez se me parece más a Denzel Washington), en dos papeles casi idénticos, un Jon Hamm (Buddy) que se come la pantalla junto a una sexy y potente Eiza González (Darling). Pero hay una atmósfera en el film, que es el que me genera dudas, parece como si el director ha visto muchas películas y refleja sus ideas en la suya, pero sin saber de como se desarrollan estos temas en la realidad, de ahí las salidas de tono o por peteneras de Baby cuando actúa bajo presión.


Hablamos de un guión sencillo, que no destaca, algo muy habitual en los films de hoy día, pero que muy bien embadurnado y lleno de escenas efectistas, además de una espectacular banda sonora, te puede hacer creer que estás ante una película de ensueño, pero le faltan cosas, hay una pata que cojea, y cuando eso pasa el resultado no es del todo completo.
Eso si, el o la que quiera pasar un rato divertido en el cine lo va a conseguir, con sus toques de humor justos (pero muy buenos) y una ironía latente, que dan empaque al conjunto.


Os dejo con el tráiler de Baby Driver.

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