viernes, 24 de marzo de 2017

Escenas míticas del cine (L)


Tras su prometedor debut en la dirección con la modesta y de buenas intenciones "El hombre sin rostro" de 1993, Mel Gibson, se arriesga con una superproducción poco frecuente en los 90.
Dirige en 1995 un drama de 3 horas, dónde la fuerza, el ritmo y el romanticismo son su bandera acerca de un héroe independiente escocés de principios del siglo XIV, William Wallace. Su relato de gloria y libertad, sus grandes escenas de acción, y la gran actuación de los actores elegidos, le hicieron llevarse varios Óscars (mejor película, director, fotografía, sonido y maquillaje) y arrasar en taquilla.
En una escena impagable, Longshanks, el Rey Eduardo I de Inglaterra, viene de regreso de Francia donde viene de luchar para ampliar sus posesiones, y se encuentra con que la rebelión que viene desde el Norte, encabezada por William Walace (Mel Gibson), ha llegado a York y la han saqueado, primer gran bastión de la zona. El rey inglés, interpretado por un soberbio Patrick McGoohan pregunta a su hijo, que ha ocupado su lugar en su ausencia, El Príncipe Eduardo (Peter Hanly) cuales han sido sus medidas ante tales acontecimientos, a lo que dice de forma asustada y temerosa que "he ordenado hacer levas, señor...", justo en ese momento viene un correo urgente de York con una cesta donde viene la cabeza cortada del sobrino del rey, que estaba al mando de aquella ciudad. Entonces se produce una situación, en la que Phillip (Stephen Billington), el recién nombrado consejero supremo del príncipe, dice al Rey que detendrán a Wallace, a lo que el rey responde "¿quién es esta persona que me habla como si yo necesitase de su consejo?" a lo que inmediatamente se pone a hablar con él, hasta que le tira por la ventana al vacío. Así se las gastaban en la Edad Media para mantener un reino.


Os dejo con esta mítica escena.

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