Cartel del film
En 1968 Stanley Kubrick dirige ésta obra maestra del cine, en colaboración con Arthur C.Clarke, que co-escribió el guión. Es quizás, y sin exagerar, la película más compleja jamás realizada, fascinante desde los títulos de créditos hasta el enigmático y "todopoderoso" final, explorando por el camino nuevos conceptos visuales y narrativos, eliminando casi los diálogos (la primera palabra es en el minuto 20 del film), y capaz de mezclar y agitar en una misma coctelera filosofía, historia, ciencia-ficción, antropología, teología, tesis morales, etc., capaz de inventar el paisaje y nuevos caminos para la fotografía, de hacer de una película un concepto metafísico que va más allá, y de utilizar la música clásica como banda sonora, provocando un resultado portentoso.
En definitiva, marcó un hito por su estilo de comunicación visual, sus revolucionarios efectos especiales, su realismo científico y sus proyecciones vanguardistas. Todo esto antes de que el hombre hubiera llegado a la Luna...
The dawn of man
Su trama se centra en un equipo de astronautas, que trata de seguir las señales acústicas emitidas por un extraño monolito hallado en La Luna, el satélite de la Tierra, y que parece ser obra de una civilización extraterrestre. El reparto está integrado por Keir Dullea como Dave Bowman, Gary Lockwood como Frank Poole, Douglas Rain como la voz de HAL 9000 y William Sylvester como el Dr.Heywood Floyd.
Es una cuenta atrás hacia el futuro, un mapa del destino humano, una conquista del infinito, un apasionante drama sobre el hombre que lucha contra la máquina.

No voy a engañar a nadie, 2001: Una Odisea en el espacio, es una experiencia tan diferente, tan puramente subjetiva, que se hace muy cuesta arriba para un espectador normal. Muchas secuencias son duras de soportar, alumbradas únicamente por el silencio, la atmósfera de la soledad en el espacio, por el frío y descorazonador ambiente que transmite la nave espacial, todo ello puede resultar incluso aburrido en un primer visionado... y entonces ¿qué es lo que hace de ésta película el cénit de la ciencia-ficción? ¿qué tiene para que legiones de espectadores la contemplen, la comenten con entusiasmo (como yo con un amigo el viernes en uno de mis garitos favoritos), la hagan objeto de estudio, la desmonten y analicen hasta sus mínimos detalles?... Es difícil de explicar, porque toda la película en si es un enigma, hipnótico y especial...

Recordemos que Kubrick era un detallista impresionante y toda su labor de documentación antes de hacer cualquier película era inmensa. Pareciera que Kubrick, en todo momento, trata de eliminar el elemento humano de la cinta, de hacer una película tan futurista (ojo en 1968 y lo hace de manera espectacular) que parece estar pensada para droides del futuro y no para los espectadores del presente, sin ir más lejos cuando suena el Danubio Azul de Johan Strauss, las conversaciones entre los miembros de la tripulación no se oyen aposta.
De hecho, quizás el personaje más importante de la película sea un no humano, una voz en off que hace de la máquina HAL 9000, y que además tiene un efecto determinante en la trama inicial principal de la película.
Pero lo que realmente fascina de éste film, es la atmósfera con la que cuenta, partiendo de una fotografía fuera de lo normal, salvaje, arriesgada, de colores que queman la retina desde los amaneceres en rojizos en un remotísimo pasado, cuando el hombre aún no era hombre, sino un primate, saltan a la vista, dónde los blancos impolutos de la nave espacial (incluídos los de la azafata fantástica) estallan en el espacio con la Tierra de fondo, llena de colores, el cielo desprende una gran gama de luces, hay imágenes preciosas en si mismas inolvidables.
Quisiera destacar varias escenas.
Primera:
La secuencia inicial del filme se inicia con la imagen de la Tierra ascendiendo sobre la Luna, mientras que el Sol asciende a su vez sobre la Tierra, todos en alineación. En este momento comienza a escucharse la composición musical "Así habló Zarathustra" de Richard Strauss, la misma que acompaña, en su mayoría, la primera parte de la película titulada El amanecer del hombre.