viernes, 30 de septiembre de 2022

Moonage Daydream (2022)

Brett Morgen ha dirigido el documental Moonage Daydream sobre la vida y obra de David Bowie, como ya hiciera hace siete años con la de Kurt Cobain. Ante todo hablamos de un artista en toda la extensión de la palabra, no sólo era un enorme músico con una creatividad desbordante, genial e inquieto, irreverente y que siempre hizo lo que quiso, sino alguien distinto y muy genuino. También es destacable su faceta como actor, y la más desconocida y en la que él siempre se consideró un aprendiz, la de pintor, que muchas veces le servía de vía de escape para seguir componiendo cuando se atascaba, como él mismo decía. Por si fuera poco llegó a a entrevistar a sus pintores favoritos para una revista de prestigio, esos pintores eran unos privilegiados. El director nos hace un recorrido por su carrera, pero a su manera, deja fuera esos primeros años donde teníamos al Bowie mod, las primeras bandas y sus primeros singles, solo nos relata como era su barrio de Brixton y como era su familia, la relación con su madre y la de su hermanastro que tanto le enseñó. Todo esto va siendo desgranado por el propio Bowie a través de entrevistas que fue dando a lo largo de su vida, y que el director va metiendo para dar ese enfoque del propio protagonista.


En 1969 cuando edita Space Oddity hace ya una obra maestra de tema que lleva en volandas al disco de ese año y que está bien reflejado tanto la propia canción como las referencias a la misma en años posteriores. A partir de ahí, The man who sold the world, Hunky Dory y sobre todo el ascenso y la caída de Ziggy Stardust y las Arañas de Marte, un disco que es icono del glam-rock, y probablemente y sin temor a equivocarme, uno de los mejores discos de la historia, y porqué no decirlo, de la propia carrera del artista en cuestión son uno de los ejes centrales del film. En esa mítica formación que le acompañaba, estaba compuesta por Mick Ronson (guitarra, piano y coros), Trevor Bolder (bajo) y Mick Woodmansey (batería). El álbum es conceptual y narra la historia de Ziggy Stardust, un extraterrestre bisexual de imagen andrógina que se convierte en estrella del rock, en el que Bowie quiso combinar ciencia ficción y el teatro japonés kabuki. Este personaje fue el primer alter ego de su carrera, al que luego sucederían Aladdin Sane y el Duque Blanco. Hay muchos momentos en vivo de la época de Ziggy Stardust que ocupan buena parte del primer tercio de la cinta.


Otra parte en la que el film hace referencia importante, es la de Berlín. El propio Bowie va contando como quería cambiar y experimentar en otro de esos momentos de cambio y decide llamar a Brian Eno, para él un músico descomunal que le ayudará en ese tránsito y a encontrar lo que andaba buscando. 
En la primera parte de los años 70 se convierte en una estrella indiscutible, por editar discos que pasan a la historia de la música y por romper moldes en todos los sentidos, ya que sus alter-egos y sus imágenes irreverentes, le convierten en un verdadero icono que traspasaba más allá de lo musical. Su melena pelirroja y su adicción a las drogas, todo tipo de escotes, prendas y maquillajes que suponían una ruptura con las normas estéticas, le elevaron a la categoría de ídolo, incluyendo la androginia que hoy fascina las pasarelas, por no hablar de su abierta bisexualidad. Pero si en esa primera mitad de la década setentera, Bowie se convierte en leyenda viva, es en la segunda mitad donde Bowie es más Bowie que nunca, se reinventa y lo borda, sabe evolucionar como pocos, consiguiendo ser único e inimitable. Ya con Young Americans da un giro al soul en 1975, y con Station to station un año después incluso mezclado con aires jazz, pero es sobre todo en 1977 con Low cuando hablamos de una ruptura definitiva con su anterior status, de un viaje a una nueva galaxia musical, de la experimentación a saco, la inmersión en la cultura centroeuropea, la de Berlín y el krautrock.
Es ahí, en terrenos en principio poco propicios para él, donde unido a Brian Eno (que venía de su travesía por el desierto después de dejar Roxy Music) empezará a crear otro universo propio y ser vanguardia absoluta, que no todo el mundo entendió, cosa que a mucha gente le costaba ya que seguían en Ziggy Stardust o Aladdin Sane, pero él iba siempre por delante. En esta segunda parte central del film, quizás mi favorita, el disfrute es absoluto ya que salen imágenes de la época y hay interpretaciones en vivo en el mismo Berlín que te ponen la carne de gallina.


Para el último tercio el director nos muestra todas las facetas del artista, su lado de actor, de pintor y escultor, pero también esa época ochentera donde otro nuevo Bowie lanza Let's dance en 1983 y hace una gira mundial llamada Glass spider tour donde bate records de asistencia y vuelve a reinventarse haciendo bailar a todo el mundo. A partir de aquí referencias a Blackstar y el anuncio (a su manera) de que se iba, pinceledas de discos de los 90 como Outside y Earthling, pero para mi gusto deja sin meterse con discos como Heathen o The next day que son extraordinarios. Habla de su relación con Imán y como le cambió la vida, del flechazo que fue desde el primer momento y su conexión, pero también de esa idea que sobrevuela toda la película por parte del protagonista de que la vida hay que disfrutarla hasta el último momento, y que se nos va muy rápidamente.

Más de cuatro años de trabajo de Brett Morgen apoyándose en el archivo de imágenes y legado autorizado por su familia, aborda la carrera del artista sin utilizar entrevistas convencionales a sus seres queridos para que expliquen quién era Bowie, y lo que hace es hilar años de presentaciones, fragmentos de entrevistas a él, comentarios de fanáticos, etc., con un ritmo muy bueno, mezclando las palabras de propio artista con el poder enorme de su música y las sensaciones que generaba, sin dejar de lado esos momentos en los que el vacío se apoderaba del músico y sus atascos compositivos, que los tuvo.

Os dejo con el tráiler del film.

2 comentarios:

  1. Un videoclip , muy visual y muy bien realizado pero que no aporta nada nuevo que se se haya contado ya.
    Lo mejor, las pocas escenas inéditas en directo. El resto un envoltorio muy bonito. Nada más.

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    1. Anónimo: Bueno, todas las opiniones son respetables, ya digo que a mí se me queda corto en cuanto a la época 1999-2016.

      Saludos.

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