jueves, 29 de septiembre de 2022

Escenas míticas del cine (CCLII)

7 años tardó James Cameron en dirigir la secuela de Ternimator, titulada Terminator 2: El juicio final en 1991. En este film Sarah Connor, la madre soltera del rebelde John Connor, está ingresada en un psiquiátrico. Unos años antes, un viajero del tiempo le había revelado que su hijo sería el salvador de la humanidad en un futuro dominado por las máquinas. Se convirtió en una especie de guerrera y educó a su hijo en tácticas de supervivencia, por esa razón está recluida en un manicomio, donde sus doctores piensan que cuenta historias inventadas y que está loca. Cuando un nuevo androide mejorado, un T-1000, llega del futuro para asesinar a John (que se mimetiza con los humanos y los copia), un viejo modelo T-800 es enviado para protegerle, este T-800 es el papel que interpreta Arnold Schwarzenegger, y que curiosamente aquí está del lado bueno, no como en la primera que era el malo.
Suele pasar muchas veces que el presupuesto de la segunda parte supera con creces al de la primera, pero el nivel a veces no alcanza, pero no es el caso. Cameron consiguió mantener el mismo tono que en la primera parte, volviendo a cautivar al público con una mezcla similar de acción, ciencia ficción, violencia, suspense y profecías del apocalipsis.
En una escena mítica y con reminiscencias de la primera, el T-800 llega a la tierra y entra desnudo en un bar de moteros, y a uno de ellos que juega al billar le dice que necesita su ropa, sus botas y su moto, el motero le quema el cigarro en la piel al androide, que empieza a repartir estopa hasta conseguir lo que quiere, su salida vestido del garito es muy mítica.


Os dejo con la mítica escena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario