lunes, 26 de septiembre de 2022

Escenas míticas del cine (CCXLXIX)


Como llevo diciendo estos días, en el año 2019 Joker, el spin-off dirigido por Todd Phillips, y protagonizado por Joaquin Phoenix, fue un auténtico peliculón. El actor se dedicó en cuerpo y alma al personaje, adelgazando y cambiando su fisonomía de manera bestial. Debía interpretar a un villano trastornado y loco, de risa enfermiza, y todo eso lo hizo de manera sublime, pero además y por si fuera poco, aquí se explica la génesis de este personaje, y le dio una personalidad tan brutal, que en el recuerdo quedan Jack Nicholson, Heath Ledger o Jared Leto, a los que ha superado, cosa que no era nada sencilla, sobre todo en el caso de los dos primeros. La mimetización de Phoenix con el personaje es tal, que no se te ocurre en ningún momento separarlos.
La historia nos narra la vida de Arthur Fleck, que vive en Gotham (muy neoyorkina por cierto) y cuya única motivación, según dice, es hacer reír a la gente. Trabaja haciendo de payaso en varios trabajos, pero sus problemas mentales y sus actitudes raras hacen que la gente le vea como un bicho raro, así acaba despedido y repudiado por la sociedad, e incluso se le niega la ayuda social por recortes del ayuntamiento, y por tanto su tratamiento médico. Pero su gran sueño es actuar como cómico ante el público, aunque todo se va complicando con una serie de trágicos acontecimientos, lo que hará que su violencia interior y su ira salga y aflore contra la sociedad que le repudia. 
Ni que decir tiene que Joaquin Phoenix fue premiado con el Oscar y en su mejor momento profesional, dando rienda suelta a su genial improvisación, dejando imágenes y fotogramas de difícil olvido. Otra cuestión es que esta película distaba bastante de la factoría Hollywood, no prima el espectáculo, y eso es algo que hoy en día se agradece por los que amamos el cine. La cuestión está en si Joker es tan atrayente, que puede provocar, y de hecho hace que mucha gente le siga y lo considere un revolucionario antisistema y un líder que lucha contra todo tipo de injusticias, sin olvidarnos de que está muy tocado mentalmente y es un peligro constante. En ese sentido la manera de tratar la violencia en el film, me parece muy importante, teniendo escenas salvajes.


Una escena que se ha convertido en icónica, es la del baile en las pronunciadas y largas escaleras de Arthur ya convertido en Joker, que es realmente espectacular mientras suena Gary Glitter y su Rock and roll, mientras dos policías le persiguen.

Os dejo con la mítica escena.

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