miércoles, 14 de octubre de 2020

Octavo Aniversario de My Kingdom for a Film.

Hace ya 8 años, tal día como hoy, inauguré este blog en el que hablo sobre cine, películas, cortos, series, escenas míticas, escenas cómicas, estrenos de cine, bandas sonoras, noticias, etc...
Es cierto que cuando inicié esta aventura, con expectativas muy modestas, la cosa era complicada, pero con el paso del tiempo, el trabajo, los posts realizados y demás, la respuesta es bastante sentida y sobre todo se comparten opiniones de todo tipo.
Quiero dar las gracias a todos, a blogeros que son seguidores, comentaristas y lectores, a los no blogeros que también comentan y leen, a los blogeros que sólo leen, a los que sin ser blogeros se hicieron seguidores, a los que no son ni blogeros ni seguidores, pero se pasan a leer o comentar, a aquellos que sólo leen aunque no digan nada, e incluso a aquellos que sólo se pasan a criticar. Y desde luego este año tan difícil, sin poder ir al cine durante meses ha sido difícil, pero hay que continuar, el séptimo arte lo merece.


Marty Feldman siempre es un seguidor constante de My Kingdom for a film, y la devoción es mutua, siempre a sus pies. Otro año  más y parece increíble, hablando de estrenos fulgurantes, noticias, películas, cortos, manteniendo mis viejas secciones de escenas cómicas y escenas míticas, y alguna seminueva como las bandas sonoras míticas, en definitiva un trabajo constante del que estoy muy orgulloso y quería compartir con todos. Además sigue vivo mi viejo blog de música, aún más veterano.
Aún recuerdo el primer post hablando de la película Drive, que me impulsó de manera definitiva a hablar de cine a día de hoy, una de tantas películas que me dejó huella.


Mi película favorita cómica, sin duda es El Jovencito Frankestein, dirigida por Mel Brooks en 1974. Una de las comedias más disparatadas, delirantes, ingeniosas y divertidas de la historia del cine. Se trata de una de esas conjunciones donde todo funciona, y no sólo eso, sino que lo hace con un encanto especial, algo tocado con una varita mágica e irrepetible. Además y por si fuera poco, tiene la capacidad curativa de hacer olvidar problemas de la vida cotidiana, y te sientes completamente absorbido por la pantalla, en su hora y tres cuartos de duración.
Rodada en blanco y negro aposta, en ella, el joven doctor Frederick Frankestein (Gene Wilder), un neurocirujano norteamericano, ha huído siempre del estigma legado por su abuelo, quien creó años más tarde un monstruo. Ahí, es donde el guión perpetrado por Brooks y Wilder hace un desprejuiciado homenaje, que a la vez es parodia, y como no revisión del mito cinematográfico, cuya creación era de Mary Shelley.
En este día tan especial y habiéndola visto recientemente otra vez (y no me canso) hay una escena realmente graciosa, en la que el monstruo (al que da vida de manera genial Peter Boyle) una vez ha salido del castillo, vaga por el pueblo y llega a la casa de un ciego al que interpreta Gene Hackman (muy difícil distinguirlo). El ciego le invita a comer, beber, e incluso fumar, pero en sus buenos deseos le echa la sopa en todos los sitios menos en el cuenco, le rompe el vaso de vino al brindar y le quema el dedo al darle fuego... imborrable.

Os dejo con la mítica escena cómica.

4 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena! Y que sigas así muchos años más.
    Saludosssssssssss

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    1. Babelain: Muchas gracias amigo. Ojalá que pueda seguir hablando de cine más tiempo.

      Saludoss.

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  2. Desde el golpe de estado de las palomitas dejé de ser asiduo visitante de las salas de cine. Desde entonces la ausencia de la pantalla grande en mis pupilas ha tenido un efecto negativo, aunque no ha logrado noquear mi afición por el séptimo arte. Ahora me limito a ver alguna reposición en TV (hace un par de días vi "La naranja mecánica") y a leer tus entradas en este blog.
    Feliz aniversario.
    Abrazos.

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    1. javierfuzzy.blogspot.com: Desconozco ese golpe de estado, aún así siguen haciéndose grandes películas que merecen la pena verse en la gran pantalla, in ir más lejos Tenet y 1917 de este año o la maravillosa Dunkerke...
      Y los clásicos han de ser revisados siempre.

      Abrazos y gracias.

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