sábado, 15 de abril de 2017

Life (2017)

Cartel del film

Daniel Espinosa dirige Calvin, digo... perdón Life. Innovar o crear algo nuevo en el cine a día de hoy es casi imposible, y en este film las referencias a Alien, El Octavo pasajero (1979, Ridley Scott) son muy obvias, pero ha tenido la gran habilidad de crear una nueva vertiente, sin desplegar nada del otro mundo a tenor de su presupuesto, tirando de algún que otro tópico, y teniendo como base la típica expedición de astronautas, en la que algo va mal y se descontrola. La propuesta es entretenida, pero no acaba de arriesgar como a veces la historia pide, va a lo seguro. Y me refiero a algo salvaje, el guión lo pide a gritos.


Seis miembros de la tripulación de la Estación Espacial Internacional están a punto de lograr uno de los descubrimientos más importantes en la historia de la humanidad, la primera evidencia de vida extraterrestre en Marte. Una célula es tratada en el laboratorio de la nave, bajo la supervisión del químico Hugh Derry, interpretado por Ariyon Bakare. Su evolución es increíble, y a medida que avanza la investigación, sus métodos tendrán consecuencias inesperadas y la forma viviente, a la que unos niños de un colegio vía satélite, llamaron Calvin, empieza a demostrar que tiene una inteligencia que va mucho más allá de lo esperado.


Sorprende al principio de la cinta, que un actor como Jake Gyllenhaal, que interpreta a David Jordan, sea poco menos que un adorno, y casi el miembro de la tripulación menos importante. Rory Adams (Ryan Reynolds) es el cachondo del grupo, y sin duda un valiente, aunque a veces la valentía no vaya acompañada de algo de cerebro. Miranda North (Rebecca Ferguson) es la comandante, Olga Dihovichnaya es Ekaterina Golovkina, la astronauta rusa, mientras que Sho Murakami interpretado por Hiroyuki Sanada es el astronauta japonés. Los actores están todos bien, pero otra tema es los vínculos entre ellos, bastante débiles en muchos casos.


Es más que evidente que la fuerza que demuestra la criatura es descomunal, pero a pesar de que se ve bastante sangre, está algo atenuada, es decir, no sé si por la calificación que querían obtener han hecho que rebajaran la digamos, potencia bruta del bicho, pero es más que evidente que sus cualidades son inmensas, y se han dejado simplemente entrever en qué podría ser, y no lo que realmente es. Eso si, su labor de entretenimiento la cumple sin problemas, aunque a veces se eche en falta entre un ataque y otro de la bestia, un poco más de chicha, hay algunos vacíos. Predomina más la sensación de claustrofobia.


El problema del film es que siendo una historia que se desarrolla en una nave en el espacio no es del todo ciencia ficción, más bien es un thriller, está estupendamente dirigida, bien interpretada, tiene medios, tensión, buenos efectos visuales, pero tiene peros, y no acaba de explotar, aunque ojo, deja abierta una puerta tremenda a una segunda parte en su final, que no desvelaré para no hacer spoilers, pero es más que evidente que está la intención ahí. 


Os dejo con el tráiler de este muy interesante film.

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