miércoles, 23 de octubre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXXIV)


En 1978 Alan Parker dirige esta maravillosa película, cuyo guión es de Oliver Stone. El film está basado en un hecho biográfico real acaecido en 1970, la historia de Billy Hayes (interpretado por Brad Davis de manera magistral), un jóven norteamericano que fue detenido por posesión de drogas (hachís) en el aeropuerto de Estambul, Turquía, y que fue sentenciado a 30 años de prisión por dicho delito (en aquel país está duramente legislado).
La película, describe las vejaciones a las que fue sometido en un ambiente infrahumano, del que logró escapar a Grecia, donde fue detenido y deportado a los Estados Unidos. Billy escribió el libro homónimo en que se basa el film.
Para desgracia de Billy, el Gobierno turco desea dar un castigo ejemplar a los traficantes de drogas y es juzgado por posesión de drogas y condenado a cuatro años y dos meses, que deberá cumplir en una prisión de Estambul. Su padre (Mike Kellin) viaja a Turquía para gestionar su liberación, pero la embajada estadounidense nada puede hacer, ya que el presidente Nixon había tensado las relaciones con Turquía.


El joven Bill Hayes no tiene la cabeza muy bien amueblada, parece no valorar ciertas cosas. Es en ese pensamiento que se cree invencible, que no le van a pillar en un control de drogas en el aeropuerto, pero él se pone nervioso, va al baño y se echa agua en la cara, pero sacar dos kilos de hachís en un viaje a Turquía para luego venderlos a los amigos en Estados Unidos parece fácil. Todo se complica cuando el corazón empieza a bombear a mil por hora y el sudor chorrea por la cara y la espalda, es carne de cañón, y su nerviosismo le delata. Es una escena mítica.

Os dejo con esa mítica escena.

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