viernes, 10 de marzo de 2023

Escenas míticas del cine (CCLXXII)


En 1962 Stanley Kubrick dirigió Lolita, basada en la novela de Vladimir Nabokov, una de las más influyentes del Siglo XX. Poseedora de una calidad indudable, dicha novela tenía una elegante pluma que trazaba la condenable idea del amor entre una menor y alguien mucho mayor que se quedaba prendado de ella, pero precisamente en su condena está su atracción. Ya lo decía Freud, que cuanto más censurado está algo, más placer psíquico nos proporciona (mayor es la descarga mental, según sus propias palabras).
Humbert Humbert, un profesor cuarentón al que da vida James Mason, llega a Ramsdale (New Hampshire) y alquila una habitación en casa de la viuda Charlotte Haze (Shelley Winters) que tiene una hija de once años llamada Lolita. Charlotte le enseña la casa a Humbert, que solo ver por primera vez a Lolita se enamora perdidamente de la chiquilla y acepta quedarse allí. Más adelante trazará un perverso plan, casarse con la madre para poder estar siempre cerca de Lolita (Sue Lyon).


En una escena mítica, los tres van al cine de verano a ver una película de terror en el coche, él en el centro, Charlotte a su izquierda y Lolita a la derecha, en los momentos de miedo ambas ponen su mano sobre la de él, quien se quita la de Charlotte de encima para rascarse la nariz y luego busca la de Lolita con esa mano (ya hay tres manos juntas y ninguna es la de Charlotte), a la que se añade la otra mano de Lolita (ya hay cuatro) y en ese momento (gritos en la pantalla) la quinta mano de Charlotte se une a la montaña de manos, es entonces cuando Charlotte se da cuenta de que está encima de la mano de su hija...

Os dejo con la mítica escena.

2 comentarios:

  1. Una escena brillante o cómo decir mucho con muy poco.

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    1. Ricrad: Completamente conforme amigo, una muy brillante escena, en la que como dice el refrán "más vale una imagen que mil palabras".

      Un saludo.

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