domingo, 26 de mayo de 2024

Dune: Part Two (2024)

Muchas eran las expectativas por mi parte de la segunda parte de Dune, que salió este año en cines allá por el 1 de marzo y dirigida de nuevo por el director francocanadiense Denis Villeneuve donde revisa de manera bestial la novela de Frank Herbert, y francamente ha superado todo lo esperado, un auténtico disfrute visual, actoral y de conjunto que paso a desgranar. Ya en la primera parte tres años atrás, el director y su tratamiento que hacía del conjunto y de los personajes, me parecieron de un acierto total. Denis, anteriormente, ya me dejó un buen sabor de boca con La Llegada, más tarde con la notable Blade Runner 2049, pero se coronó tres años atrás y ahora ha subido a la gloria. La dirección de arte, los efectos y la puesta en escena visual son de una calidad soberbia, además de contar con Hans Zimmer en la banda sonora del film, al igual que en la primera parte.


Arrakis, el planeta del desierto, es el feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, pero queda en manos de la Casa de los Atreides, después de que el emperador ceda a ésta explotación de las reservas de especia, una de las materias primas más valiosas de la galaxia y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida. En la primer parte El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica (Rebeca Ferguson) y el hijo de ambos, Paul Atreides (Timothée Chalamet), llegabann al planeta con la esperanza de recuperar el nombre de la casa, pero pronto se verían envueltos dentro de una trama de traiciones y engaños que hizo que desconfiaran de sus más allegados y a valorar a los lugareños, los Fremen, una tribu de habitantes del desierto, que tienen estrecha relación con la especia. Pero Paul decide unirse a la tribu de los Fremen y empezar un viaje espiritual y marcial para convertirse en el mesías, mientras intenta evitar el horrible pero inevitable futuro que se ha presenciado, una Guerra Santa en su nombre, que se extiende por todo el universo conocido. A destacar la escena del coliseo en blanco y negro, llevando la decadencia de la Casa Harkonnen a lo más oscuro me parece sublime.


Denis Villeneuve hace un cosa especial en este film, ya que deconstruye el camino del héroe más clásico, para poner todo en clave bíblica y en un fantástico paralelismo con Moisés que también hacía una visita al desierto y vagaba por él para liberar a un pueblo al que pertenecía por adopción, cambia el abrir las aguas del Mar Rojo, por montar a lomos de un gusano gigante para demostrar que es el elegido, por cierto una escena absolutamente deslumbrante. De hecho, una cosa muy importante, es que Paul Atreides no es precisamente el modelo de salvador al que industrias como Hollywood nos tiene acostumbrados. 
En el plano actoral, a la brillante actuación de Timothée Chalamet como Paul Atreides, hay que añadir a Zendaya que interpreta a Chani, la Fremen enamorada de Paul, Javier Bardem da vida a Stiglar líder de los Fremen, Rebeca Fergusson como Jessica la madre de Paul, Charlotte Rampling como la Reverenda Madre Mohiam, Stellan Skarsgârd sigue haciendo del Barón Vladimir Harkonnen, Christopher Walken es el Emperador (excelente), Dave Bautista como Rabban Harkonnen, que es sustituido al mando del ejército por el sobrino del Barón Feyd-Rahuta interpretado por un asombroso Austin Butler (si, si, el mismo que hizo de Elvis) que es una locura de película de terror.


En definitiva, una epopeya de arena y sol y donde hay una mezcla de asuntos religiosos, supersticiones, tradiciones y manera de manejar la geopolítica muy interesantes.

Os dejo con el tráiler de esta tremenda película.

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