domingo, 31 de agosto de 2025

Bandas sonoras míticas del cine (CCVI)


Damien Chazelle dirigió una auténtica joya en 2014 que deslumbraba y a la vez sobrecogía, y que partía de un excelente guión, una puesta en escena que sabe sacar el máximo partido de los recursos disponibles, de una historia aparentemente sencilla, y que basada en la descomunal actuación de sus dos intérpretes principales, Miles Teller y J.K. Simmons, alcanza la categoría de sublime.
El duelo interpretativo entre los dos actores principales llega a cotas gigantes, y os puedo asegurar que hacía tiempo que no veía un Tour de Force de este nivel y se tarda en volver a ver otro.
Un joven estudiante de batería, Andrew Neiman (Miles Teller) de una prestigiosa escuela de música, cree que tiene la oportunidad de su vida cuando pasa a formar parte de un grupo de élite, una banda a cuyo frente está un profesor, Terence Fletcher (J.K. Simmons) que lleva a extremos insospechados las exigencias a sus alumnos. En pocos minutos de cinta, entramos de lleno en las inquietudes del chico, que quiere destacar y triunfar a cualquier precio en su verdadera vocación que tiene desde pequeño, pero lo que no imaginaba es que su reto sería tan duro. Pronto, todo adquiere una elevada intensidad, ya que el tremendo esfuerzo del protagonista y su empeño exagerado para poder estar a la altura que exige el maestro, sobrepasa límites incalculables, y así en cada ensayo deja al espectador tan exhausto como al protagonista. 
Esa es la gran fuerza de este film, que te mete en la historia hasta el fondo y sufres con el protagonista al mismo nivel.
La banda sonora estaba compuesta por Justin Hurwitz, y estaba dividida en tres partes I want to be one of the greats, Part. 1, If you want the part, earn it, Part. 2 y He was a beautiful player, Part. 3.


Os dejo con la overtura, que pertenece a la primera parte.

sábado, 30 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXVIII)


En 1992 Francis Ford Coppola dirige Drácula, su versión de la novela homónima de Bram Stoker. Está considerada la adaptación oficial, la película más fiel a la novela que introduce a personajes nunca antes adaptados. Gary Oldman, protagoniza de manera genial al Conde Drácula en una de esas interpretaciones que han pasado a la historia.
A lo largo de la película el personaje muestra su faceta como guerrero despiadado, como un anciano conde y como un caballero romántico. Muchos dicen que la interpretación de Oldman es capaz de asustar y enamorar al mismo tiempo. Se dice que el actor estudió los diálogos de tal manera que, si olvidaba una frase, quería volver a repetir toda la escena para poder plasmar todo el diálogo. Leyó la novela y ensayaba con un tono pavoroso para el Drácula anciano, dándole un toque más terrorífico al personaje. Gary Oldman pasó horas y horas maquillándose, sus maquilladores estuvieron cinco horas para conseguir el físico del conde.
En el siglo XIX, Jonathan Harker (Keanu Reeves) debe viajar hasta Transilvania, para que el Conde Drácula firme unos papeles referentes a su nueva vivienda en Londres, después de que su colega antecesor Reinfield volviera totalmente trastornado. El problema, es que el Conde, no es quien dice ser, en realidad es un vampiro que perdió a su amor hace 400 años. Para colmo, la novia de Harker, Mina (Winona Ryder), es clavada a ella. Debido a ello, Drácula decide viajar a la capital británica para conquistarla.
En una escena mítica al principio del film, Jonathan va a Transilvania, y su carruaje le deja en medio de la nada con lobos acechando, es entonces cuando un extraño carruaje tirado por caballos negros le recoge y le lleva al castillo de Drácula. La entrada es impresionante y allí le espera... el vampiro que le da la bienvenida.


Os dejo con la mítica escena.

viernes, 29 de agosto de 2025

Mejores escenas cómicas del cine (CXVI)


Mi película favorita cómica, sin duda es El Jovencito Frankestein, dirigida por Mel Brooks en 1974. Una de las comedias más disparatadas, delirantes, ingeniosas y divertidas de la historia del cine. Se trata de una de esas conjunciones donde todo funciona, y no sólo eso, sino que lo hace con un encanto especial, algo tocado con una varita mágica e irrepetible. Además y por si fuera poco, tiene la capacidad curativa de hacer olvidar problemas de la vida cotidiana, y te sientes completamente absorbido por la pantalla, en su hora y tres cuartos de duración.
Rodada en blanco y negro aposta, en ella, el joven doctor Frederick Frankestein (Gene Wilder), un neurocirujano norteamericano, ha huido siempre del estigma legado por su abuelo, quien creó años más tarde un monstruo. Ahí, es donde el guión perpetrado por Brooks y Wilder hace un desprejuiciado homenaje, que a la vez es parodia, y cómo no, revisión del mito cinematográfico, cuya creación era de Mary Shelley.
En una escena cómica bestial el monstruo al que da vida (nunca mejor dicho) Peter Boyle, llega a una casa donde vive una familia con su hija, los padres están protegiendo la casa por si el monstruo apareciese por allí, en ese momento se dan cuenta de que no han mirado donde estaba la niña (a la que da vida Anne Beesley), que curiosamente ha tenido un encuentro con Frankestein, que apareció por el jardín, la niña le ofrece una flor y luego le ordena jugar con ella y le dice que se siente en un columpio, al pesar mucho, la niña sale despedida hacia la cama de su habitación, justo cuando los padres revisaban si estaba ahí.


Os dejo con la graciosa escena.

jueves, 28 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXVII)


En el año 1970 Franklin J. Schaffner dirige Patton, a medio camino entre el biopic y el film bélico al uso, consiguió siete Oscars de la academia de Hollywood, uno de ellos para el mejor actor protagonista a George C. Scott por su papel del general norteamericano, que se negó a recoger. En el guión participó un joven Francis Ford Coppola junto a Edmund H. North.
George S. Patton es una figura mítica del ejército norteamericano, a pesar de ser muy controvertido, ya que venció al Mariscal Rommel en África y gracias a ello cambió el curso de la II Guerra Mundial y condujo a sus tropas de manera triunfal a partir de entonces, por toda Europa. George C. Scott hizo un ejercicio interpretativo soberbio, quizás el más potente de su carrera.
En una escena mítica Patton se pone el casco y admite delante del espejo que estaba esperando toda su vida para dirigir una batalla desesperada, y había llegado. Las huestes del Mariscal Rommel impresionan y rugen mientras Patton y sus chicos los divisan a lo lejos.


Os dejo con la mítica escena.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Bandas sonoras míticas del cine (CCV)

Como decía ayer, eel año 2000 Guy Ritchie dirigió Snatch, cerdos y diamantes, tercer film de su carrera y donde definirá lo que serán señas de identidad de su estilo a partir de ese momento, es decir, ese estilo estético con ángulos de cámara inverosímiles, planos aberrantes, un montaje lineal cronológico y paralelo de acciones simultáneas, algo así como mezclar a Quentin Tarantino y a Christopher Nolan. 
Con un reparto coral y espectacular con Dennis Farina, Brad Pitt, Benicio del Toro o incluso Jason Statham, la historia se sitúa en los bajos fondos criminales de Londres. Hay dos historias que se entrelazan, por un lado la de la búsqueda de un diamante robado y que posee Franky "Cuatro Dedos" (Benicio del Toro) que lo ha robado para su jefe Primo Avi (Dennis Farina), pero antes de dárselo se deja convencer por un ruso llamado Boris (Rade Sherbedgia) para apostar en un combate ilegal de boxeo, aunque en realidad es la trampa para arrebatarle el diamante, y es ahí donde entra la otra parte, la del promotor de boxeo de poca monta llamado Turco (Jason Statham) que se encuentra atrapado bajo el yugo de un gánster despiadado conocido como Ladrillo (Alan Ford). Cuando Primo Avi se entera de que le pueden birlar el diamante, contrata a Tony "Dientes de Bala" para encontrar a Franky y al diamante, pero se las tiene que ver tanto con el ruso Boris "El Navaja" como con unos pobres diablos llamados Vinny (Robbie Gee), Sol (Lennie James) y Tyrone (Ade), contratados por Boris.
La banda sonora del film es una selección estupenda de temas, mezclado con diálogos de la película (al estilo Tarantino) de gente como The Stranglers, The Specials, 10 CC, Oasis, Massive Attack, Oasis, Madonna (recordemos que se casaron Ritchie y Madonna precisamente ese año), etc...


Os dejo con dos temas, primero con el Golden brown de The Stranglers.





Y luego con el Ghost town de The Specials.

martes, 26 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXVI)


En el año 2000 Guy Ritchie dirigió Snatch, cerdos y diamantes, tercer film de su carrera y donde definirá lo que serán señas de identidad de su estilo a partir de ese momento, es decir, ese estilo estético con ángulos de cámara inverosímiles, planos aberrantes, un montaje lineal cronológico y paralelo de acciones simultáneas, algo así como mezclar a Quentin Tarantino y a Christopher Nolan. 
Con un reparto coral y espectacular con Dennis Farina, Brad Pitt, Benicio del Toro o incluso Jason Statham, la historia se sitúa en los bajos fondos criminales de Londres. Hay dos historias que se entrelazan, por un lado la de la búsqueda de un diamante robado y que posee Franky "Cuatro Dedos" (Benicio del Toro) que lo ha robado para su jefe Primo Avi (Dennis Farina), pero antes de dárselo se deja convencer por un ruso llamado Boris (Rade Sherbedgia) para apostar en un combate ilegal de boxeo, aunque en realidad es la trampa para arrebatarle el diamante, y es ahí donde entra la otra parte, la del promotor de boxeo de poca monta llamado Turco (Jason Statham) que se encuentra atrapado bajo el yugo de un gánster despiadado conocido como Ladrillo (Alan Ford). Cuando Primo Avi se entera de que le pueden birlar el diamante, contrata a Tony "Dientes de Bala" para encontrar a Franky y al diamante, pero se las tiene que ver tanto con el ruso Boris "El Navaja" como con unos pobres diablos llamados Vinny (Robbie Gee), Sol (Lennie James) y Tyrone (Ade), contratados por Boris.
En una escena mítica Mickey O'Neil (Brad Pitt) le pide al Turco que le consiga una caravana más grande para él y su madre, después de que le hayan incendiado la suya. Mickey habla muy rápido y pide que sea de un color exacto (amarillo melocotón), con las ventanas de una manera determinada, etc., cuando el Turco decide comentarlo con Tommy (Stephen Graham) su colega, le pregunta si ha entendido algo de lo que Mickey ha puesto como condiciones. Entonces Mickey dice que apuesten en su próximo combate, si él gana ellos pagan la caravana y si pierde pelea gratis, a lo que el Turco contesta "creo que la liebre está jodida"... mientras tanto en una escena paralela Ladrillo atrapa a Tyrone para que cante...


Os dejo con la mítica escena.

lunes, 25 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXV)


En 1998 Steven Spielberg dirige Salvar al Soldado Ryan, para un servidor una de las mejores películas de este director, y que pasa el tiempo de una manera excelente. No voy a negar que se trata de una superproducción bélica, sobre hechos fundamentales de la II Guerra Mundial que cambiaron el curso de la misma, pero que en manos de un tipo como Spielberg se convierte en oro puro. Dejo claro una cuestión, sin llegar a ser una grandiosa obra maestra, es un film donde el director arriesga y sale victorioso, y además elige por primera vez a Tom Hanks para un papel clave en toda la cinta, el del Capitán John Miller.
La primera media hora de película se centra en el desembarco aliado en la playa de Omaha, Normandía, en el que los alemanes les están esperando y el número de bajas es alto, a pesar de ello y centrado en un grupo concreto que sale de una de las barcazas, consiguen doblegar al ejército alemán. Pero su verdadera misión cambiará a partir de una orden del alto mando, salvar y llevar a casa a un soldado que ha perdido a tres hermanos en combate. De ese soldado apellidado Ryan (Matt Damon) poco se sabe, solo que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de las líneas enemigas en Francia. Desde entonces, los hombres de la patrulla del Capitán John Miller arriesgan sus vidas para encontrar a ese soldado, y no son pocas los inconvenientes que se van encontrando.
En otra escena mítica El Capitán John Miller recibe al cabo que hará de intérprete Timothy E. Upham (al que da vida Jeremy Davies), y que debe saber francés y alemán, ya que sus traductores han muerto. El cabo le recalca al capitán que no ha cogido un arma desde la instrucción, y que si se puede llevar la máquina de escribir, a lo que Miller le dice que no.


Os dejo con la mítica escena.

sábado, 23 de agosto de 2025

Bandas sonoras míticas del cine (CCIV)


Mervyn LeRoy dirige en 1951 Quo Vadis basada en la novela de Henryk Sienkiewicz con guión adaptado de S. N. Behrman, Sonya Levien y John Lee Mahin. Aquí se nos cuenta como el general romano Marco Vinicio (al que da vida Robert Taylor) regresa victorioso del frente de batalla y se ve obligado a acampar a las afueras por orden de Nerón (Peter Ustinov) mientras se enamora de la esclava cristiana Ligia (Deborah Kerr), que es criada como hija adoptiva de un general retirado. En su condición de sierva de Roma, Ligia es entregada por Nerón a Vinicio como premio por sus conquistas, además la relación entre el general y la joven cristiana, hace que el romano se interese por sus creencias.
Pero los desmanes y la locura de Nerón en el poder son cada vez mayores apoyado en Tigelino (Ralph Truman). En su delirio, el obeso emperador decide incendiar Roma y culpa de ello a los cristianos, cuya fama va en aumento y los romanos se sienten cada vez más amenazados por ellos. Petronio (Leo Genn), tío de Marco Vinicio y consejero del emperador había advertido en una escena memorable a Nerón de que su idea de convertir Roma en Nerópolis (locura máxima de Nerón) sepulta años y años de historia. La actuación de Peter Ustinov es memorable dando vida a un Nerón completamente loco. 
Por si fuera poco la banda sonora del húngaro Miklós Rózsa es de un alarde fantástico y una obra maestra, otra más de su carrera. La dirección de Rózsa es delicada, preciosista y viene cargada de armonías y matices de la cuerda que son inimitables y patente suya, ya que Rózsa no fue sólo compositor de cine sino un excelente compositor de cámara y un músico excepcional y ello hace que cada nota lleve un sello inconfundible suyo.


Una de las piezas soberbias de la banda sonora es Hail Nero, Triumphal March.

miércoles, 20 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXIV)


En 1998 Steven Spielberg dirige Salvar al Soldado Ryan, para un servidor una de las mejores películas de este director, y que pasa el tiempo de una manera excelente. No voy a negar que se trata de una superproducción bélica, sobre hechos fundamentales de la II Guerra Mundial que cambiaron el curso de la misma, pero que en manos de un tipo como Spielberg se convierte en oro puro. Dejo claro una cuestión, sin llegar a ser una grandiosa obra maestra, es un film donde el director arriesga y sale victorioso, y además elige por primera vez a Tom Hanks para un papel clave en toda la cinta, el del Capitán John Miller.
La primera media hora de película se centra en el desembarco aliado en la playa de Omaha, Normandía, en el que los alemanes les están esperando y el número de bajas es alto, a pesar de ello y centrado en un grupo concreto que sale de una de las barcazas, consiguen doblegar al ejército alemán. Pero su verdadera misión cambiará a partir de una orden del alto mando, salvar y llevar a casa a un soldado que ha perdido a tres hermanos en combate. De ese soldado apellidado Ryan (Matt Damon) poco se sabe, solo que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de las líneas enemigas en Francia. Desde entonces, los hombres de la patrulla del Capitán John Miller arriesgan sus vidas para encontrar a ese soldado, y no son pocas los inconvenientes que se van encontrando.
En una escena mítica inicial el General George C. Marshall (Harve Presnell) es informado de la pérdida de los tres hermanos Ryan y que urge buscar al cuarto. En ese momento el general decide recordar una carta que escribió muchos años atrás Abraham Linconl a la madre que perdió a cinco hijos en combate. Finalmente, después de leer la carta tiene la seguridad de que Ryan está vivo y de que hay que mandar a alguien para traerle de vuelta inmediatamente.


Os dejo con la mítica escena.

sábado, 16 de agosto de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXIII)


En el año 2000, Ridley Scott recuperaría mucho del crédito perdido con un film realmente espectacular a cara del público, y muy eficiente, contando con actores de relumbrón. Desaprovechado Russell Crowe, que se pasa media película con la cara cubierta, aunque la fuerza de su personaje es innegable, de hecho le dieron el Oscar (en detrimento de nuestro paisano Javier Bardem), brutal Joaquin Phoenix como Cómodo, el hijo de Marco Aurelio (Richard Harris), que da un tremendo Golpe de Estado para hacerse con el poder que el César había delegado en Máximo Décimo Meridio, general de sus ejércitos del Norte, e incluso Lucilla (Connie Nielsen) brilla en su papel de la hija del César acongojada por la maldad de su hermanito.
Por si fuera poco la banda sonora que describe todo esto es simple y llanamente maravillosa, compuesta por Hans Zimmer, y que tiene como cantante en muchas piezas a Lisa Gerrard.
En un escena mítica al inicio del film, Máximo regresa despojado de sus galones después de la muerte de Marco Aurelio a manos de su hijo Cómodo. Cuando va de regreso a casa, se apresura porque se teme lo peor, efectivamente cuando llega su mujer y su hijo han sido asesinados por soldados del César con esa orden, descorazonadora escena en la que Máximo se queda rendido después de darles sepultura. Esclavos lo recogen, le curan una enorme herida en el brazo y le llevan a su nueva vida de gladiador.


Os dejo con la mítica escena.

jueves, 31 de julio de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXII)

Como decía ayer, en 1968 Stanley Kubrick dirige esta obra maestra del cine 2001: Una odisea del espacio, en colaboración con Arthur C. Clarke, que co-escribió el guión. Es quizás, y sin exagerar, la película más compleja jamás realizada, fascinante desde los títulos de créditos hasta el enigmático y "todopoderoso" final, explorando por el camino nuevos conceptos visuales y narrativos, eliminando casi los diálogos (la primera palabra es en el minuto 20 del film), y capaz de mezclar y agitar en una misma coctelera filosofía, historia, ciencia-ficción, antropología, teología, tesis morales, etc., capaz de inventar el paisaje y nuevos caminos para la fotografía, de hacer de una película un concepto metafísico que va más allá, y de utilizar la música clásica como banda sonora, provocando un resultado portentoso.
En definitiva, marcó un hito por su estilo de comunicación visual, sus revolucionarios efectos especiales, su realismo científico y sus proyecciones vanguardistas. Todo esto antes de que el hombre hubiera llegado a la Luna... supuestamente.
Su trama se centra en un equipo de astronautas, que trata de seguir las señales acústicas emitidas por un extraño monolito hallado en La Luna, el satélite de la Tierra, y que parece ser obra de una civilización extraterrestre. El reparto está integrado por Keir Dullea como Dave Bowman, Gary Lockwood como Frank Poole, Douglas Rain como la voz de HAL 9000 y William Sylvester como el Dr. Heywood Floyd. Es una cuenta atrás hacia el futuro, un mapa del destino humano, una conquista del infinito, un apasionante drama sobre el hombre que lucha contra la máquina.
No voy a engañar a nadie, 2001: Una Odisea del espacio, es una experiencia tan diferente, tan puramente subjetiva, que se hace muy cuesta arriba para un espectador normal. Muchas secuencias son duras de soportar, alumbradas únicamente por el silencio, la atmósfera de la soledad en el espacio, por el frío y descorazonador ambiente que transmite la nave espacial, todo ello puede resultar incluso aburrido en un primer visionado... y entonces ¿qué es lo que hace de ésta película el cénit de la ciencia-ficción? ¿qué tiene para que legiones de espectadores la contemplen, la comenten con entusiasmo (como yo con un amigo hace años en uno de mis garitos favoritos), la hagan objeto de estudio, la desmonten y analicen hasta sus mínimos detalles?... Es difícil de explicar, porque toda la película en si es un enigma, hipnótico y especial...


La estación espacial es enorme y tiene forma de doble rueda tórica que gira en torno a un cilindro, en el cual tiene su sección central el hangar de aterrizaje. Debido a la fuerza centrífuga, la zona de la estación que corresponde a la rueda, al rotar, tiene una simulada gravedad artificial.
Una de mis escenas favoritas, es la maniobra de aproximación, una coreografía espacial asistida por computadores de navegación, con la música de El Danubio Azul de Johann Strauss II como acompañamiento sideral.

Os dejo con la mítica escena.

miércoles, 30 de julio de 2025

Bandas sonoras míticas del cine (CCIII)


En 1968 Stanley Kubrick dirige esta obra maestra del cine 2001: Una odisea del espacio, en colaboración con Arthur C. Clarke, que co-escribió el guión. Es quizás, y sin exagerar, la película más compleja jamás realizada, fascinante desde los títulos de créditos hasta el enigmático y "todopoderoso" final, explorando por el camino nuevos conceptos visuales y narrativos, eliminando casi los diálogos (la primera palabra es en el minuto 20 del film), y capaz de mezclar y agitar en una misma coctelera filosofía, historia, ciencia-ficción, antropología, teología, tesis morales, etc., capaz de inventar el paisaje y nuevos caminos para la fotografía, de hacer de una película un concepto metafísico que va más allá, y de utilizar la música clásica como banda sonora, provocando un resultado portentoso.
En definitiva, marcó un hito por su estilo de comunicación visual, sus revolucionarios efectos especiales, su realismo científico y sus proyecciones vanguardistas. Todo esto antes de que el hombre hubiera llegado a la Luna... supuestamente.
Su trama se centra en un equipo de astronautas, que trata de seguir las señales acústicas emitidas por un extraño monolito hallado en La Luna, el satélite de la Tierra, y que parece ser obra de una civilización extraterrestre. El reparto está integrado por Keir Dullea como Dave Bowman, Gary Lockwood como Frank Poole, Douglas Rain como la voz de HAL 9000 y William Sylvester como el Dr. Heywood Floyd. Es una cuenta atrás hacia el futuro, un mapa del destino humano, una conquista del infinito, un apasionante drama sobre el hombre que lucha contra la máquina.
No voy a engañar a nadie, 2001: Una Odisea del espacio, es una experiencia tan diferente, tan puramente subjetiva, que se hace muy cuesta arriba para un espectador normal. Muchas secuencias son duras de soportar, alumbradas únicamente por el silencio, la atmósfera de la soledad en el espacio, por el frío y descorazonador ambiente que transmite la nave espacial, todo ello puede resultar incluso aburrido en un primer visionado... y entonces ¿qué es lo que hace de ésta película el cénit de la ciencia-ficción? ¿qué tiene para que legiones de espectadores la contemplen, la comenten con entusiasmo (como yo con un amigo hace años en uno de mis garitos favoritos), la hagan objeto de estudio, la desmonten y analicen hasta sus mínimos detalles?... Es difícil de explicar, porque toda la película en si es un enigma, hipnótico y especial...
Esa banda sonora no pasa desapercibida para nadie con temas de Richard Strauss, Johann Strauss, György Ligeti o Aram Khachaturyan.


Os dejo con dos temas de la banda sonora, primero el Así habló Zaratustra de Richard Strauss.




Y luego El Danubio Azul de Johann Strauss II.

lunes, 28 de julio de 2025

Bandas sonoras míticas del cine (CCII)

Como llevo diciendo estos días, en el año 2008 el director británico Guy Ritchie estrenaba Rocknrolla, quizás para un servidor, su joya de la corona. Todo se desarrolla en Londres, y tiene como protagonistas principales a un capo de la mafia londinense y "autoproclamado dueño de Londres" con sus métodos clásicos que empieza a negociar con otro capo, poderoso señor del crimen proveniente de Europa del Este, concretamente de Rusia.
La noticia de que Uri Omovich (Karel Roden), el rico mafioso ruso, está montando un negocio multimillonario de compraventa ilegal de terrenos en Londres, hace que todos los delincuentes de la ciudad quieran participar en la operación. Uri primero contacta con Lenny Cole (Tom Wilkinson), el pez gordo de la mafia londinense, para que se ocupe de todos los trámites burocráticos y compre al concejal de turno (Jimi Mistry) para obtener las licencias. Lenny confía la operación a su lugarteniente, Archy (Mark Strong), pero por su parte, la contable de Uri, Stella (Thandie Newton) decide llevarse parte del botín, para lo que contrata a dos mafiosos que tienen cuentas pendientes antiguas con Lenny. Mr. Cole empezará con mal pie, ya que Uri le presta un cuadro que dice darle suerte, pero le desaparece y a partir de ahí se le echan encima un grupo de delirantes personajes de toda clase y condición, a los que tendrá que poner a raya para demostrarles quien es el que manda en la ciudad, pero en el colmo de los males, se enfrentará a algo peor, ya que su odiado hijastro, una estrella del rock adicto a las drogas que todos creían que había muerto, está vivito y coleando y también quiere su parte del pastel. Un retrato de los bajos fondos londinenses con su fino humor negro, que Ritchie borda.
La banda sonora es realmente genial, una selección de varios artistas, donde hay punk, rock underground inglés (que le da mucho sentido al film) y alguna versión que enamora como esa del I'm a man de los Yardbirds por parte de Black Strobe, realmente brutal. Hay bandas de la talla de The Clash, The Sonics, The Subways, The Hives, Wanda Jackson, Lou Reed, etc.,


Os dejo con el tema y vídeo de I'm a man por Black Strobe.

domingo, 27 de julio de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXXI)

Como decía ayer, en el año 2008 el director británico Guy Ritchie estrenaba Rocknrolla, quizás para un servidor, su joya de la corona. Todo se desarrolla en Londres, y tiene como protagonistas principales a un capo de la mafia londinense y "autoproclamado dueño de Londres" con sus métodos clásicos que empieza a negociar con otro capo, poderoso señor del crimen proveniente de Europa del Este, concretamente de Rusia.
La noticia de que Uri Omovich (Karel Roden), el rico mafioso ruso, está montando un negocio multimillonario de compraventa ilegal de terrenos en Londres, hace que todos los delincuentes de la ciudad quieran participar en la operación. Uri primero contacta con Lenny Cole (Tom Wilkinson), el pez gordo de la mafia londinense, para que se ocupe de todos los trámites burocráticos y compre al concejal de turno (Jimi Mistry) para obtener las licencias. Lenny confía la operación a su lugarteniente, Archy (Mark Strong), pero por su parte, la contable de Uri, Stella (Thandie Newton) decide llevarse parte del botín, para lo que contrata a dos mafiosos que tienen cuentas pendientes antiguas con Lenny. Mr. Cole empezará con mal pie, ya que Uri le presta un cuadro que dice darle suerte, pero le desaparece y a partir de ahí se le echan encima un grupo de delirantes personajes de toda clase y condición, a los que tendrá que poner a raya para demostrarles quien es el que manda en la ciudad, pero en el colmo de los males, se enfrentará a algo peor, ya que su odiado hijastro, una estrella del rock adicto a las drogas que todos creían que había muerto, está vivito y coleando y también quiere su parte del pastel. Un retrato de los bajos fondos londinenses con su fino humor negro, que Ritchie borda.
En una escena también mítica, Johnny Quid (Toby Kebbell) quiere entrar con su amigo en un garito donde hay un concierto, pero el portero no les deja, Johnny ve como también pega a su amigo y los echa a los dos, pero Johnny vuelve y le da una paliza de muerte al portero.


Os dejo con la mítica escena.

sábado, 26 de julio de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXX)

En el año 2008 el director británico Guy Ritchie estrenaba Rocknrolla, quizás para un servidor, su joya de la corona. Todo se desarrolla en Londres, y tiene como protagonistas principales a un capo de la mafia londinense y "autoproclamado dueño de Londres" con sus métodos clásicos que empieza a negociar con otro capo, poderoso señor del crimen proveniente de Europa del Este, concretamente de Rusia.
La noticia de que Uri Omovich (Karel Roden), el rico mafioso ruso, está montando un negocio multimillonario de compraventa ilegal de terrenos en Londres, hace que todos los delincuentes de la ciudad quieran participar en la operación. Uri primero contacta con Lenny Cole (Tom Wilkinson), el pez gordo de la mafia londinense, para que se ocupe de todos los trámites burocráticos y compre al concejal de turno (Jimi Mistry) para obtener las licencias. Lenny confía la operación a su lugarteniente, Archy (Mark Strong), pero por su parte, la contable de Uri, Stella (Thandie Newton) decide llevarse parte del botín, para lo que contrata a dos mafiosos que tienen cuentas pendientes antiguas con Lenny. Mr. Cole empezará con mal pie, ya que Uri le presta un cuadro que dice darle suerte, pero le desaparece y a partir de ahí se le echan encima un grupo de delirantes personajes de toda clase y condición, a los que tendrá que poner a raya para demostrarles quien es el que manda en la ciudad, pero en el colmo de los males, se enfrentará a algo peor, ya que su odiado hijastro, una estrella del rock adicto a las drogas que todos creían que había muerto, está vivito y coleando y también quiere su parte del pastel. Un retrato de los bajos fondos londinenses con su fino humor negro, que Ritchie borda.
En una escena surrealista, One Two (Gerard Butler) y Mumbles (Idris Elba) vestidos de guardas de seguridad esperan a dos tipos que van hacia un mercedes, y les dicen que metan las maletas en el coche y cierren la puerta, sed obedientes y marcharos con una sonrisa, a lo que uno de ellos pregunta si es un robo, a lo que contestan afirmativamente, se meten en el coche, pero no hay llaves, gentilmente uno de los caballeros se la da, pero no sabe meter la marcha atrás y se lo tiene que preguntar y también gentilmente le dice como meter esa marcha y se van...


Os dejo con la mítica escena.

viernes, 25 de julio de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXIX)


Quizás estemos ante la película menos reconocida de la filmografía de Quentin Tarantino, pero  que para mí, es un enorme film, Death proof del año 2007. La película es un tributo a los muscle cars y los géneros de explotation y slasher de los año 70. Para ello, Quentin escribió y dirigió el film, y su amigo Robert Rodríguez le ayudó en la producción, y las dividieron en dos, una ésta y la otra Planet Terror que dirigió Robert. Una de las cosas que más me gustaron la primera vez que la vi, fue como recuperó el director para este film a un actor un tanto denostado en los últimos tiempos como Kurt Russell, que la verdad lo borda, interpretando a un psicópata especialista (Doble Mike) que asalta chicas jóvenes antes de asesinarlas con su coche "A prueba de muerte". Con su look retro de los años 70, una cicatriz en el lado izquierdo de la cara que le atraviesa verticalmente la misma, conduce su muscle car, recordando su época de doble de acción de pelis de Hollywood, especializado en escenas peligrosas, su presencia y carisma encandilan.
La primera parte del film trata del encuentro entre el protagonista y las chicas que realmente provocan la trama. Tres amigas, Arlene (Vanessa Ferlito), Shanna (Jordan Ladd) y Jungle Julia Lucai (Sydney Tamiia Poitier) conducen a Colorado St, Austin, Texas, para celebrar el cumpleaños de Jungle Julia, sin notar que son vigiladas y acechadas. Paran a tomar una copa en el Bar Taco Güero. En el bar las chicas se encontrarán con Pam (Rose McGowan), una enemiga de la infancia de Jungle Julia, mientras ésta es estudiada por Doble Mike que también está curiosamente en el mismo Bar.
Precisamente, se produce una escena mítica cuando Doble Mike empieza a hablar con Pam, ambos salen del bar y van hacia su coche, donde este le explica porqué el apelativo de "A prueba de muerte" que tiene, y porqué llaman caja de choque a lo que hay en su interior.


Os dejo con la mítica escena.

jueves, 24 de julio de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXVIII)

El 20 de octubre de 1995 se estrenó El día de la bestia, segundo film dirigido por el entonces ya conocido y relevante director bilbaíno Álex de la Iglesia. Hablamos de una película que obtuvo en su día hasta seis premios Goya, destacando el de Mejor director, aunque también le ayudaría a un casi desconocido por entonces Santiago Segura a alcanzar la fama, que se llevó el premio Goya a Mejor actor revelación por su interpretación de José María, empleado de una pequeña tienda de discos de música heavy y metalera, satánico y de Carabanchel (barrio madrileño).
El guión fue co-escrito entre el propio director y Jorge Guerricaechevarría, su habitual colaborador y cuenta con la actuación en los principales papeles del referido Santiago Segura, el malogrado Álex Angulo que da vida al cura Ángel Berriatúa y el profesor Cavan (Armando de Razza), destacando también actuaciones de la veterana Terele Pávez (madre de José María), una jovencísima Nathalie Seseña o un carismático actor como Jaime Blanch, o cameos de El Gran Wyoming o los mismísimos Def Con Dos que pusieron el tema principal de la Banda Sonora.
La cinta narra la historia de un sacerdote, Ángel Berriatúa, que cree haber descifrado el mensaje secreto del Apocalipsis, según San Juan Evangelista, que decía que El Anticristo nacería el 25 de diciembre de 1995 en Madrid. Para impedir el nacimiento del hijo de Satanás, dicho cura se alía con José María, el joven aficionado al death metal, intentando ambos averiguar en qué parte de Madrid tendrá lugar el apocalíptico acontecimiento, uniéndose a ellos (casi a la fuerza al principio) el profesor Cavan, presentador de un programa de televisión de carácter esotérico y sobrenatural.
En una escena mítica al principio del film, José María y el cura se conocen en la tienda de discos que regenta el primero. Ángel entra buscando discos de heavy, le pide escuchar algún disco, pero dice que no es lo que busca, que lo que anda buscando es un mensaje, entonces José María le pone la maqueta de un grupo que promete, y que según él "tienen mogollón de mensaje", le regala la maqueta y como le cae bien le da la dirección de la pensión de su madre en la parte trasera de la entrada del concierto del grupo.


Os dejo con la mítica escena.

martes, 22 de julio de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXVII)

Como decía días atrás, Tobe Hooper dirigió Poltergeist (Fenómenos extraños) en 1982, aunque según decía el propio Tobe había encontrado un libro con el título de Poltergeist y le ofreció a Steven Spielberg (que quería hacer un film sobre fenómenos paranormales) el proyecto de hacer una película sobre lo que se narraba en el libro. No se sabe si eso fue así exactamente, lo que si es cierto es que Spielberg se puso en contacto con el famoso escritor Stephen King, para la realización del guión, pero esta colaboración nunca llegó a comenzar dado el alto sueldo pedido por los representantes de King. Spielberg contactó entonces con dos guionistas casi desconocidos, Michael Grais y Mark Victor, para escribir el guión, pero su trabajo no le fue del todo convincente, por lo que el propio Spielberg se encargó de reescribir el guión. No solo eso, Steven se ocupó de todas las decisiones creativas de la película, realizó el storyboard, supervisó el montaje, efectos visuales, reparto, incluso eligió a Jerry Goldsmith para la banda sonora, esa es la verdadera polémica sobre quién dirigió el film. Hooper se sentaba en la silla del director, pero las decisiones importantes las tomaba Spielberg.
En el film se cuenta la historia de una familia americana de clase media, Los Freeling, que se trasladan a vivir a un idílico barrio aparentemente, pero dentro de la casa empiezan a pasar cosas extrañas, fenómenos paranormales que no tienen explicación posible.
En una escena mítica la niña Carol Anne (Heather O'Rourke) ha desaparecido y su madre Diane (Jobeth Williams) y su padre Steve (Craig T. Wilson) con la mediación de la Dr. Lesh (Beatrice Straight) llaman a una clarividente o medium llamada Tangina Barrons (Zelda Rubinstein) para ver si es posible limpiar la casa de lo maligno que hay en ella, y Tangina pregunta porqué una de las puertas de la zona alta está cerrada, a lo que el padre contesta que es la habitación de sus hijos pequeños, "el corazón de la casa" a lo que Tangina contesta... "esta casa tiene muchos corazones".


Os dejo con la mítica escena.

domingo, 20 de julio de 2025

Mejores escenas cómicas del cine (CXV)

Mel Brooks dirigió a principios de 1974 Sillas de montar calientes, una parodia sobre los films del oeste, en la línea de las propuestas por Burt Kennedy o Bud Yorkin de aquella época, pero con su propio estilo, un desmadrado relato, tras los logros de las notales Los Productores (1967) convertida en un exitoso musical y El misterio de las doce sillas (1970).
Aquí se cuenta la historia del avaricioso gobernador Lepetomane, al que da vida el propio Mel Brooks, y su malvado ayudante Hedley Lamarr (Harvey Korman) que quieren que los habitantes de Rock Ridge abandonen la ciudad, para vender los terrenos a una compañía de ferrocarril. Para facilitar sus maquiavélicos planes, nombran sheriff a Bart (Cleavon Little), un negro condenado a la horca, para que fomente el desorden y la anarquía en la ciudad.
En el pueblo organizan una bienvenida, orquesta, coronas de laurel para recibirle, etc., hasta que entra en el pueblo y todos se quedan con la boca abierta por el color de su piel.


Os dejo con la graciosa escena.

sábado, 19 de julio de 2025

Mejores escenas cómicas del cine (CXIV)


Mi película favorita cómica, sin duda es El Jovencito Frankestein, dirigida por Mel Brooks en 1974. Una de las comedias más disparatadas, delirantes, ingeniosas y divertidas de la historia del cine. Se trata de una de esas conjunciones donde todo funciona, y no sólo eso, sino que lo hace con un encanto especial, algo tocado con una varita mágica e irrepetible. Además y por si fuera poco, tiene la capacidad curativa de hacer olvidar problemas de la vida cotidiana, y te sientes completamente absorbido por la pantalla, en su hora y tres cuartos de duración.
Rodada en blanco y negro aposta, en ella, el joven doctor Frederick Frankestein (Gene Wilder), un neurocirujano norteamericano, ha huido siempre del estigma legado por su abuelo, quien creó años más tarde un monstruo. Ahí, es donde el guión perpetrado por Brooks y Wilder hace un desprejuiciado homenaje, que a la vez es parodia, y cómo no, revisión del mito cinematográfico, cuya creación era de Mary Shelley.
En una escena cómica bestial el monstruo al que da vida (nunca mejor dicho) Peter Boyle, tiene un encuentro con Elisabeth (Madeline Khan), la obsesiva novia del doctor, y se produce una curiosa liberación sexual por parte de ella, a pesar de decir que está comprometida... y termina cantando aquello de Ohh dulce misterio de la vida...


Os dejo con la cómica escena.

lunes, 30 de junio de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXVI)


Como decía el otro día, Tobe Hooper dirigió Poltergeist (Fenómenos extraños) en 1982, aunque según decía el propio Tobe había encontrado un libro con el título de Poltergeist y le ofreció a Steven Spielberg (que quería hacer un film sobre fenómenos paranormales) el proyecto de hacer una película sobre lo que se narraba en el libro. No se sabe si eso fue así exactamente, lo que si es cierto es que Spielberg se puso en contacto con el famoso escritor Stephen King, para la realización del guión, pero esta colaboración nunca llegó a comenzar dado el alto sueldo pedido por los representantes de King. Spielberg contactó entonces con dos guionistas casi desconocidos, Michael Grais y Mark Victor, para escribir el guión, pero su trabajo no le fue del todo convincente, por lo que el propio Spielberg se encargó de reescribir el guión. No solo eso, Steven se ocupó de todas las decisiones creativas de la película, realizó el storyboard, supervisó el montaje, efectos visuales, reparto, incluso eligió a Jerry Goldsmith para la banda sonora, esa es la verdadera polémica sobre quién dirigió el film. Hooper se sentaba en la silla del director, pero las decisiones importantes las tomaba Spielberg.
En el film se cuenta la historia de una familia americana de clase media, Los Freeling, que se trasladan a vivir a un idílico barrio aparentemente, pero dentro de la casa empiezan a pasar cosas extrañas, fenómenos paranormales que no tienen explicación posible.
En una escena mítica la niña Carol Anne (Heather O'Rourke) duerme con su madre Diane (Jobeth Williams), su padre Steve (Craig T. Wilson) y su hermano Robbie (Oliver Robins) y cuando se termina el himno americano y la tele se queda sin señal, ella se despierta y va hacia el televisor, del que empiezan a salir lo que al principio parecen entes...

Os dejo con la mítica escena.

domingo, 29 de junio de 2025

Escenas míticas del cine (CDXXV)


En el año 2002 Steven Spielberg rodó Atrápame si puedes, el biopic sobre Frank Abagnale Jr., un estafador de los más grandes de la historia, un tipo que admitió haber asumido al menos ocho personalidades distintas en los años en que cometió dichos fraudes. Es sin duda, una de las películas más distintas y variadas de la filmografía de Spielberg, y donde hay aventura, drama, intringa y cómo no comedia y romance también.
El personaje de Abagnale es interpretado por Leonardo Dicaprio, un joven y escurridizo delincuente de los años 60 que pasó por copiloto de la Panam, médico, abogado, etc., mientras Carl Hanratty (al que da vida Tom Hanks) es el agente del FBI, algo torpón todo hay que decirlo, el que le persigue sin descanso siguiendo su pista para detenerlo y llevarlo ante la justicia, aunque siempre Frank se las ingenia para ir delante de Carl.
En otra escena memorable Carl Hanratty está en casa de Frank Abagnale Jr. con su madre Paula (Nathalie Baye) y descubre su verdadero nombre mirando las fotos del anuario de la Universidad, a la vez que le dice que su hijo está falsificando cheques y que la cantidad asciende a 1 millón trescientos mil dólares. Mientras tanto Frank Abagnale Jr. vive la vida padre organizando una fiesta en un casoplón en Atlanta, Georgia. Como buen anfitrión rico vive a todo lujo, lleva ropa cara, hay mucha chica en la fiesta y todas le quieren... también suena el You really got me de The Kinks, y hay alguien que rebobina mal la cinta de cassette y el propio Frank se lo recrimina al colega.


Os dejo con la mítica escena.