Mel Brooks dirigió a principios de 1974 Sillas de montar calientes, una parodia sobre los films del oeste, en la línea de las propuestas por Burt Kennedy o Bud Yorkin de aquella época, pero con su propio estilo, un desmadrado relato, tras los logros de las notales Los Productores (1967) convertida en un exitoso musical y El misterio de las doce sillas (1970).
Aquí se cuenta la historia del avaricioso gobernador Lepetomane, al que da vida el propio Mel Brooks, y su malvado ayudante Hedley Lamarr (Harvey Korman) que quieren que los habitantes de Rock Ridge abandonen la ciudad, para vender los terrenos a una compañía de ferrocarril. Para facilitar sus maquiavélicos planes, nombran sheriff a Bart (Cleavon Little), un negro condenado a la horca, para que fomente el desorden y la anarquía en la ciudad.
En el pueblo organizan una bienvenida, orquesta, coronas de laurel para recibirle, etc., hasta que entra en el pueblo y todos se quedan con la boca abierta por el color de su piel.
Excelente.
ResponderEliminarEsta no la vi, ahora tengo que buscarla.
Saludos,
J.
José A. García: Con Mel Brooks las risas siempre están aseguradas.
EliminarUn saludo.
Un espectáculo las caras de los habitantes del pueblo, viendo al sheriff.
ResponderEliminarQué parodias ha hecho Mel Brooks. Esta es para matarse de risa, la he visto alguna vez.
El Demiurgo de Hurlingham: Son caras impagables, luego Tarantino en Django hizo un homenaje clarísimo. Mel Brooks es un genio de la comedia, muy buena película.
EliminarSaludos.