martes, 29 de noviembre de 2022

Escenas míticas del cine (CCLXI)

Como decía días atrás, en 1979 Ridley Scott dirige su segunda película, Alien, el octavo pasajero. Este es un film que tiene la gran cualidad de crear escuela, prácticamente inventa un género o lo renueva si se me apura, pero consigue que quede marcado en la retina de los espectadores y evidentemente como una obra cumbre de la cinematografía. Curiosamente no es ni la primera película de terror, ni la primera desarrollada en el espacio, ni tampoco la primera que enfrenta a un personaje solitario contra un ser que representa el mal, pero si que es cierto que fue la primera en unir todo eso en una cinta, y todo ello personalizado en una heroína femenina de mucho carácter.
La historia nos cuenta como la nave de carga Nostromo, de regreso a la Tierra, interrumpe su viaje y despierta a sus siete tripulantes. El ordenador central, Madre, ha detectado una misteriosa transmisión de una forma de vida desconocida, procedente de un planeta cercano aparentemente deshabitado. La nave se dirige al extraño planeta, para investigar el origen de la comunicación, y en esa expedición llegan a una zona donde hay unos huevos, en cuyo interior hay unos bichos que buscan en su salida del huevo inocular su semilla dentro del cuerpo que pillen. En concreto lo hacen en el de Kane, al que da vida el mítico John Hurt, y cuando regresan a la nave tiene un extraño tentáculo alrededor de la cabeza, que si lo tocan le estrangula, y que si lo cortan, el líquido saliente agujerea el suelo de la nave. El doctor de la expedición es Ash (Ian Holm) que va intentando hacer experimentos, mientras el capitán de la nave Dallas (Tom Skerritt) va tomando las decisiones.


En una escena mítica, Ash (Ian Holm) el oficial científico, dejará claro que no es humano al sudarle un líquido blanco, y dejar que el Alien se quede en la nave. Es un androide puesto en la tripulación por la empresa propietaria de la nave de carga en la que viajan. Su misión es buscar y encontrar esa nueva forma de vida y llevarla a la Tierra para investigar al Alien y ver sus recursos defensivos para poderlos estudiar y aplicar para la guerra. No duda en intentar eliminar a Ripley, cuando esta le descubre y destaca como implacable defensora del sentido común, y verdadera jefa de la tripulación al morir Dallas. Sus compañeros le ayudarán a destruir al androide cuando este intenta matarla.

Os dejo con la mítica escena.

2 comentarios:

  1. El androide podría considerarse el verdadero villano de la historias, cuyos actos tienen consecuencias, que persisten aún después de que es destruido.
    Recuerdo vagamente una reseña, leída vaya saber cuando y donde, que consideraba ese intento de asesinato como una agresión sexual. Pero me parece difícil, portándose como alguien frío, que obedece ´órdenes y no demuestra tener deseos propios.
    Es muy raro el procedimiento para ese intento. Con la fuerza que demuestra tener, podría haber asfixiado a Ripley, con apretarle el cuello. Pero eso habría dejado a la película sin su heroína.

    Un detalle: La otra tripulante femenina es interpretada por Veronica Cartwright.

    https://es.wikipedia.org/wiki/Veronica_Cartwright

    Que actuado en clásicos como Los pájaros, como la hermana menor del protagonista. Los usurpadores de cuerpos.

    Saludos.

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    1. El Demiurgo de Hurlingham: Si, es evidente que Ash el androide es un villano, protector del verdadero villano que es el Alien. Pero lo de la agresión sexual no lo veo por ningún lado, no hay por donde cogerlo, simplemente quería eliminarla, y como bien dices habría dejado a la película sin su heroína.
      La otra tripulante femenina si claro, Lambert (Veronica Cartwright), es demasiado nerviosa y pierde los papeles rápido, es carne de cañón para el bicho.

      Saludos.

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